VIOLENCIA Y ALGO MAS


El fútbol pateó la pelota a otro lado. Y por más que Quilmes haya perdido con justicia con All Boys, todos los medios pusieron sus ojos en el Quilmes AC, después de los lamentables hechos de violencia ocurridos antes de un partido, que en un país civilizado y normal no debió haberse jugado.
Durante muchos minutos los violentos, que no superaban el centenar, fueron dueños de la escena, no importando imágenes, fotografías, repudio de la enorme mayoría de los presentes (los hechos de violencia fueron ignorados por la TV pública, tal vez por aquello de que el Fútbol para todos no puede tirar pálidas).
Lo cierto es que de esa violencia y barbarie, las fotos e imágenes que circularon por el país y el mundo tuvieron su mayor dramatismo en la agresión a un joven, quien ya caido boca abajo siguió siendo pateado y golpeado, como si tratara de un trasto y que dio toda la impresión de estar muy cerca de la muerte en una tribuna.
A la hora de las responsabilidades nuevamente la pelota se pateó al córner. El club dijo que cumplió con el operativo de seguridad pedido por la Aprevide, con 330 policías y un pago de 70 mil pesos antes del encuentro. Así lo señaló por los medios el vicepresidente Andrés Meiszner.
Lo cierto es que el operativo falló terriblemente, la policía brilló por su ausencia y recién intervino, bastante tarde, cuando el joven inconciente se debatía entre la vida y la muerte.
Profundizando la cuestión se supo que ese joven es el hijo de uno los barras de Quilmes, apodado Dedo y de apellido Becerra -su hijo malherido, Mario- y que se enfretaban dos sectores, el de Dedo y el de Ramiro Bustamente (hoy preso), contando con la presencia de su hijo y de su esposa, entre otros.
En la tribuna Omar Hugo Gómez, azorados, los espectadores se espantaban por la tragedia de cuarta que se vivía en el codo, donde había una bandera de "los pibes del club" y la imagen de las islas Malvinas.
Alguien dijo que "éstos actúan peor que los perros, como auténticas bestias".
El presidente del club, Aníbal Fernández, quien había estado en el entrenamiento días pasados aparentemente no estaba en el estadio -dijo en algún medio hace un tiempo que no va a la cancha desde hace un año- porque concurrió a Mendoza para realizarse una operación de la vista.
"Ojalá se le aclaren las imágenes y pueda ver lo que está pasando con los barras en el club" sostuvo un hincha, quien se preguntaba si "todos estos energúmenos que entraron con elementos contundentes son socios del club, porque todos dicen que ingresaron sin cacheos".
Aníbal Fernández le habría dicho al periodista Willy Kohan, al menos según sostuvo éste en twitter, que éstos son delincuentes y que en Quilmes no hay barras, lo que parece todo un eufemismo.
En TN el periodista Gustavo Grabia, que más sabe sobre la problemática de los barras en los clubes, recordó que en Quilmes están los dos sectores que se disputan el liderazgo, el de Dedo y el de Bustamente, y una tercera facción liderada por un Fernández (nada que ver con Aníbal) del barrio Los Alamos.
Se acerca el mundial y en muchos clubes se advierte que los barras quiere conseguir chapa para viajar a Brasil, entonces las peleas.
"Los dirigentes deben saber que los barras son delincuentes" sostuvo el ministro Randazzo tratando de poner coto a las barbaridades que se están viviendo en las instituciones de fútbol. Le pasó al presidente de Los Andes, doctor Ferreyra, asimismo en Temperley, en El Porvenir con Merelas ... y siguen las firmas. Y ahora el espectáculo en pantalla gigante fue el estadio Centenario del QAC.
En el periodismo hubo coincidencia: "si esto pasa en el club que preside el senador Aníbal Fernández, ¿qué se puede esperar de los demás?
Ahora vendrán los ríos de tinta para reflexionar sobre un tema que parece no tener solución. Algunos dicen que no van más a un estadio, lo cual es respetable pero significaría reconocer que ganan los violentos.
Todas las partes tendrán que ponerse las pilas, sacarse la careta y tomar el toro por las astas. Aquí hay videos, gente identificada, etcétera, como para que desde la justicia se actúe rápida y eficazmente. Claro, para llegar al hueso habrá que ponerle el pecho a las balas y decirle a estos inadaptados que aquí debe darse hoy y siempre el nunca más. 

Comentarios