SUPERCLASICO


En las vísperas del Superclásico -dicen que mañana llueve-, Boca y River aceitan las armas para el gran encuentro dominguero a las 18.15, con el árbitro Néstor Pitana, que tendrá un buen examen de cara al mundial de Brasil.
Se jugará ante una multitud, sin público visitante, y con un operativo policial importante, que supera los mil efectivos.
Vale anhelar que todo se encamine dentro de lo futbolístico, como debe ser este espectáculo, que en el caso de jugarse en la Bombonera, como mañana, está en la lista de acontecimientos del mundo que no se debe dejar de ver.
Boca necesita ganar, si quiere seguir alentando esperanzas de título. Después del magro empate con Quilmes en el Centenario, el Xeneize debe cambiar radicalmente la imagen ante el rival de siempre.
Y River, que viene mejor después de ganarle a Lanús en el Monumental, deberá ratificar ese registro y quebrar la racha negativa de partidos sin triunfos de visitante, incluso la extensa racha negativa en la Bombonera, donde no gana desde hace una década. ¿El Millonario podrá con una victoria romper la "década perdida"?
Es un Boca-River, el Superclásico, sin el glamour ni la jerarquía de un Barcelona-Real Madrid, pero con todos los condimentos para vivirlo con igual o mayor intensidad, en el estadio, desde la televisión (hay rating asegurado) y/o desde las emisoras de radio. Un Superclásico para comentar toda la semana.

Comentarios