Aunque parezca ciencia ficción, volvió a ganar Quilmes, segundo triunfo consecutivo, hoy en Sarandí ante el Arsenal de Gustavo Alfaro. Fue 2 a 0 con los goles de Sebastián Martínez en el primer tiempo y de Hipperdinger sobre el final.
El Cervecero llegó a los seis puntos y en la zona de los promedios pudo salir del infierno llamado descenso.
Por supuesto, el equipo de Ricardo Caruso Lombardi tendrá que seguir en esta senda en el difícil camino de la Permanencia.
Pero la victoria vale sobremanera, por lo que significa sumar de visitante. ¿Cuánto hacía que Quilmes no ganaba dos partidos seguidos?¿Cuánto hacía que no vencía fuera de su casa?¿Cuánto hacía que no concretaba dos goles?
Todas preguntas que parecen empezar a contestar los muchachos de Caruso. El técnico, que había alertado al llegar que había visto al equipo "hecho mierda", rápidamente parece haber encontrado algo la vuelta, como para mostrar otra imagen, frente al pálido conjunto que jugó con Central, sin público, en la primera fecha y en Mendoza en la segunda, lo que determinó que fuera echado el técnico Giunta.
Llegó Caruso y los dos primeros encuentros fueron derrotas, aunque con un atenuante. Porque si bien perdió con Colón y con San Lorenzo, se notó una mejoría, como que la mano de Caruso comenzaba a notarse.
Así llegó la primera victoria del año frente a Tigre y esta segunda con Arsenal en el Viaducto. Ahora habrá que buscar la tercera ante otro rival directo en la lucha por la permanencia, All Boys. Será el lunes a las 19.10 con el arbitraje de Andrés Merlos.
Para este encuentro el Cervecero podrá contar con los retornos de Garnier y Romero, y habrá que ver la evolución de los lesionados. El que no podrá estar es Sebastián Ramírez, quien llegó a las cinco amarillas.
De todas formas, Caruso Lombardi comienza a meter mano en el equipo. Con el inflador anímico que suele poner en los equipos que conduce, rápidamente parece haber encontrado respuestas.
No es el ideal ni mucho menos. El mismo técnico dijo que recién después del encuentro con los de Floresta podrá contar con el tiempo necesario para armar las cosas lo mejor posible, ya que habrá mayor distancia entre partido y partido.
Ahora se están jugando partidos cada tres o cuatro días, se ganaron dos y por qué no soñar con la tercera victoria, lo que permitirá lisa y llanamente encarar lo que falta con mucho mayor optimismo.
El Cervecero llegó a los seis puntos y en la zona de los promedios pudo salir del infierno llamado descenso.
Por supuesto, el equipo de Ricardo Caruso Lombardi tendrá que seguir en esta senda en el difícil camino de la Permanencia.
Pero la victoria vale sobremanera, por lo que significa sumar de visitante. ¿Cuánto hacía que Quilmes no ganaba dos partidos seguidos?¿Cuánto hacía que no vencía fuera de su casa?¿Cuánto hacía que no concretaba dos goles?
Todas preguntas que parecen empezar a contestar los muchachos de Caruso. El técnico, que había alertado al llegar que había visto al equipo "hecho mierda", rápidamente parece haber encontrado algo la vuelta, como para mostrar otra imagen, frente al pálido conjunto que jugó con Central, sin público, en la primera fecha y en Mendoza en la segunda, lo que determinó que fuera echado el técnico Giunta.
Llegó Caruso y los dos primeros encuentros fueron derrotas, aunque con un atenuante. Porque si bien perdió con Colón y con San Lorenzo, se notó una mejoría, como que la mano de Caruso comenzaba a notarse.
Así llegó la primera victoria del año frente a Tigre y esta segunda con Arsenal en el Viaducto. Ahora habrá que buscar la tercera ante otro rival directo en la lucha por la permanencia, All Boys. Será el lunes a las 19.10 con el arbitraje de Andrés Merlos.
Para este encuentro el Cervecero podrá contar con los retornos de Garnier y Romero, y habrá que ver la evolución de los lesionados. El que no podrá estar es Sebastián Ramírez, quien llegó a las cinco amarillas.
De todas formas, Caruso Lombardi comienza a meter mano en el equipo. Con el inflador anímico que suele poner en los equipos que conduce, rápidamente parece haber encontrado respuestas.
No es el ideal ni mucho menos. El mismo técnico dijo que recién después del encuentro con los de Floresta podrá contar con el tiempo necesario para armar las cosas lo mejor posible, ya que habrá mayor distancia entre partido y partido.
Ahora se están jugando partidos cada tres o cuatro días, se ganaron dos y por qué no soñar con la tercera victoria, lo que permitirá lisa y llanamente encarar lo que falta con mucho mayor optimismo.
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