ESPERANDO ....

En estos momentos, según informó el programa de Deportes de FM Sur, los directivos de Quilmes están reunidos con representantes del Aprevide -la agencia que controla la seguridad de los estadios deportivos- para conocer la sanción que le corresponderá al Quilmes AC por los gravísimos incidentes previos al partido con All Boys. Se habla de la suspensión del estadio por tres fechas, por lo que de local el Cervecero tendrá que jugar sin público. Si es así será ante Boca, Belgrano y Olimpo.
Sin duda un perjuicio notorio para el hincha quilmeño, fundamentalmente el socio que paga la cuota y no podrá ver en su casa a su equipo favorito.
Resulta injusto y hasta increíble que el accionar de un grupo de inescrupulosos, menor al centenar, perjudique a la inmensa mayoría de los hinchas, simpatizantes y socios.
De todas maneras tendría que servir de escarmiento, para que Aníbal Fernández y compañía se saquen de una vez por todas a las lacras de encima, no permitiendo el ingreso al estadio.
Y también sería fundamental que los operativos policiales sean realmente operativos policiales y no parodias, con zona liberada incluída.
Lo que sucedió en la previa al partido con All Boys, una salvajada con la agresión bestial a una persona por un grupo inadaptados ante una muchedumbre que miraba azorada lo que ocurría, puede catalogarse como el descenso institucional del decano del fútbol argentino. Como en lo deportivo -no podía ser de otra manera- las cosas van por la misma senda, sólo falta que se cumplan los partidos para ese descenso también se concrete.
Quilmes está acostumbrado a estas instancias -sería su décimo descenso-, algún día contará con dirigentes que piensen en un proyecto y lo cumplimenten con criterio y paciencia. Mientras tanto se seguirán padeciendo estos trances, tan habituales en el decano del fútbol argentino.

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