En charla con Radio Mitre, el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, reconoció que lo que está pasando en el club que alguna vez presidió, Boca Juniors, le hace acordar a aquella etapa que el entonces futbolista Diego Latorre definió como "cabaret". Dijo Macri que "Latorre quiso decir conventillo y dijo cabaret, porque lo que está pasando se parece mucho a un conventillo".
El Xeneize, que mañana visitará a Racing en Avellaneda en un partido fundamental para ambos, vive horas desesperadas por diferencias en el plantel, peleas entre referentes, etcétera, y la intromisión de los barras.
El plantel, con Juan Román Riquelme a la cabeza, echó la culpa al periodismo por desatar esta crisis, cuando en realidad, reservándose en las fuentes, los escribas publican lo que pasa.
El plantel dice que no va a hablar más con la prensa hasta que se digan los nombres del o de los futbolistas que cuentan las miserias del plantel, algo que no es novedoso y que suele ocurrir en todos los órdenes.
Querer culpar al periodismo de las propias miserias es tirar la pelota afuera, no dar la cara y culpar a otros de los propios déficit.
Boca habla poco de fútbol (¿Qué dirá para adentro Carlos Bianchi, que hasta ahora ha mantenido un silencio inefable?) y sus falencias en el campo de juego esconden divisiones que han puesto al club de la ribera en el fondo de la tabla del torneo Final. ¿Qué pasará si no le gana a Racing...?
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