CLASES

Por fin. Se destrabó el conflicto y el lunes comenzarán las clases en las escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires. Atrás quedaron 17 días sin chicos en las aulas ni docentes dando enseñanza.
La dura lucha entre el gobierno provincial y los gremios de la educación alcanzó niveles emblemáticos, con cruces de todo tipo y nada de acercamiento ante cada oferta del gobierno.
Finalmente, el viernes los docentes fueron convocados por el jefe de gabinete del gobernador Daniel Scioli y hubo una oferta que hoy satisfizo a los distintas asambleas de los gremios, como para que el secretario general de SUTEBA, Baradel, anuncie que terminó el paro y que el lunes empiezan las clases.
Esas clases que debieron comenzar el primer miércoles del mes, recién se inician el próximo lunes, último día de marzo.
Ahora habrá que ver cómo se ensambla la estructura educativa para que docentes, alumnos y padres conformen un universo acorde con las necesidades de un país que sabe que la educación debe ser uno de sus pilares.
Las aulas vacías, las escuelas cerradas o abiertas a media máquina dejarán su lugar al fervor y la euforia de docentes y alumnos que intentarán recuperar el tiempo perdido, aunque eso, inevitablemente, será imposible. De todas maneras las partes tendrán que poner toda su energía para hablar de términos educativos y dejar de lado los temas que movieron y conmovieron a los dos sectores en pugna durante estos interminables días.
La oferta del gobierno provincial fue de 5000 pesos en agosto para el maestro de grado, y si bien todavía está esa cifra lejos de la que perciben los docentes en las escuelas públicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires está mucho más cerca de lo que existía en el principio del conflicto.
Todos tendrán que aprender, curiosa palabra, de la experiencia 2014 para que no se repita la historia, en todo caso iniciar las paritarias mucho antes y no esperar hasta último momento, y ofrecer cifras dignas para evitar todo este karma. Porque si finalmente se ofrecieron 5 mil pesos en agosto, la pregunta es por qué se tardó tanto para llegar al acuerdo, cuando desde el gobierno se juraba que no se podía pagar más, resultando al final que sí se podía.
Ahora también habrá que resolver las cuestiones edilicias de los colegios, el problema de los comedores, etcétera para que la educación marche sobre carriles normales y no se convierta en la gran deuda de la democracia con los educandos.

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