BARBA Y BIGOTE

Parece que el fútbol Cervecero, con los hechos de violencia sucedidos en lunes en el Estadio Centenario, ha servido para dar rienda suelta a la cuestión política, con una pelea pilosa entre Barba y Bigote.
El intendente de la comuna quilmeña, Francisco Gutiérrez, se despachó con el pedido de clausura del estadio a raíz de los sucesos y la necesidad de una investigación judicial de lo ocurrido.
En ese sentido, en declaraciones periodísticas, que publique el diario El Sol, afirmó que al igual que si en un club bailable ocurre un hecho de violencia y se pide la clausura porque "el dueño asesinó a una persona que estaba adentro, discutieron y esa persona está detenida y el local clausurado, en el caso del estadio del club Quilmes las cosas no pueden seguir como si no hubiese pasado nada. Se deberá clausurar e investigar bien qué pasó".
Gutiérrez aprovechó la ocasión para ocuparse de los directivos quilmeños, encabezados por el senador Aníbal Fernández. "Con esa gestión lamentablemente no tenemos ninguna relación", y agregó que las responsabilidades de los hechos del Centenario pasan por la conducción del club, que debe garantizar que eso no ocurra más.
Evidentemente, la política trasciende lo deportivo y lo policial y pone en contrapunto a dos referentes políticos como el Barba y Bigote, pertenecientes a distintas líneas del Frente para la Victoria. El intendente con la agrupación kirchnerista Felipe Vallese y el senador y titular del club, con la Arturo Jauretche.
Dentro del cruce de acusaciones, Gutiérrez negó que el funcionario Trejo sea barra -algunos recordaron que en su momento viajó con Hinchadas Unidas Argentinas, el grupo que comandaba el quilmeño Marcelo Mallo, al mundial de Sudáfrica- mientras que el brazo derecho de Fernández y dirigente Cervecero, Angel García, aseguró que Gutiérrez le cuidaba las espaldas al comisario Jaule, encargado de un operativo que brilló por la ineficiencia, al menos por lo que se vio en la tribuna Indio Gómez. Pese a ello Jaule aseguró que en el operativo se tomaron todos los recaudos del caso.
La batalla recién comienza, la política se mezcla con el fútbol y el Cervecero, que pelea por quedarse en primera, sigue descendiendo en la consideración institucional.

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