Otra vez un radical K ocupa un puesto expectante en el orden presidencial desde que la democracia ha vuelto para siempre al país, allá por 1983.
Ayer fue Cleto Cobos el que compartió fórmula con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en el 2003, y ahora, esta mañana más precisamente, el Senado de la Nación votó como su presidente al senador santiagueño Gerardo Zamora.
Zamora comenzó militando en el partido radical, pero un buen día se dio vuelta y se alineó con el kirchnerismo.
La presidenta de la Nación decidió convertirlo en titular del Senado, imponiendo el pensamiento al bloque oficialista, lo que significa que en caso de que la presidenta deba dejar su lugar, por alguna de las razones que muestra la Constitución, será el turno de Gerardo Zamora, porque se entiende que difícilmente se opte por Amado Boudou, el vicepresidente de la Nación que por la causa Ciccone está bastante devaluado, a tal punto que ni la propia presidenta, que lo nombró en la fórmula, cree en sus posibilidades
El radicalismo no votó a Zamora y repudió la decisión de la presidenta, por supuesto aceptando la decisión de la mayoría en el Senado, que finalmente nombró al gaucho santiagueño.
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