El episodio ocurrido en La Colonia, con el asesinato del letrado Carlos Marcelo Fernández Durañona, generó que el lector Tomás Reinke envíe una carta al diario Clarín, con un pensamiento que vale la pena repetir. Cuenta que nació y creció en Quilmes, recordando su infancia "jugando en las calles con olor a tilo, paseando en bicicleta, jugando al Carnaval, al rin raje, al fútbol. Recién volvíamos a casa cuando se hacía de noche. Las plazas y las veredas eran nuestras, de los chicos.
"El jardín Sagrado Corazón, de la familia Durañona, con Cristina, Michi y Celina era algo extraordinario, fuera de lo común. Cuando nos sentíamos mal nos daban una cucharada de dulce de leche y nos hacían dormir la siesta mirando televisión; los días de calor todos nos bañábamos en una Pelopincho y todos terminábamos con conjuntivitis.
"En alguna oportunidad se disfrazaban de El Zorro y caminaban sobre los tejados. Estos son algunos recuerdos que varias generaciones de quilmeños llevamos con nosotros.
"Todos los integrantes de la familia Durañona estaban involucrados en este proyecto, educando, formando y brindando felicidad a todos los niños de la comunidad. El Jardín es hoy un Colegio Primario y Secundario y muchos de aquellos niños que pasaron por el Jardín envían a sus hijos para intentar de alguna manera trasmitir esos recuerdos y vivencias a sus hijos.
Sigue diciendo Reinke que "Carlos Marcelo Durañona, hijo de Cristina, fue asesinado brutalmente el lunes último frente a su mujer, quien fue secuestrada y liberada luego del cobro de un rescate. Un valor, un activo, un actor positivo de la comunidad con una herencia de tradición religiosa, docente y ejemplar es asesinado sin contemplaciones. Este tipo de hechos se repite a lo largo y a lo ancho del país. Este es el tipo de cambio más atroz, una cucharada de dulce de leche por una bala".
Y concluye el vecino con un sentido "Te extraño Quilmes". Sin duda todo el sentimiento de un quilmeño que como tantos padece las consecuencias de la inseguridad en el distrito. ¿Las autoridades tomarán cuenta del reclamo?
"El jardín Sagrado Corazón, de la familia Durañona, con Cristina, Michi y Celina era algo extraordinario, fuera de lo común. Cuando nos sentíamos mal nos daban una cucharada de dulce de leche y nos hacían dormir la siesta mirando televisión; los días de calor todos nos bañábamos en una Pelopincho y todos terminábamos con conjuntivitis.
"En alguna oportunidad se disfrazaban de El Zorro y caminaban sobre los tejados. Estos son algunos recuerdos que varias generaciones de quilmeños llevamos con nosotros.
"Todos los integrantes de la familia Durañona estaban involucrados en este proyecto, educando, formando y brindando felicidad a todos los niños de la comunidad. El Jardín es hoy un Colegio Primario y Secundario y muchos de aquellos niños que pasaron por el Jardín envían a sus hijos para intentar de alguna manera trasmitir esos recuerdos y vivencias a sus hijos.
Sigue diciendo Reinke que "Carlos Marcelo Durañona, hijo de Cristina, fue asesinado brutalmente el lunes último frente a su mujer, quien fue secuestrada y liberada luego del cobro de un rescate. Un valor, un activo, un actor positivo de la comunidad con una herencia de tradición religiosa, docente y ejemplar es asesinado sin contemplaciones. Este tipo de hechos se repite a lo largo y a lo ancho del país. Este es el tipo de cambio más atroz, una cucharada de dulce de leche por una bala".
Y concluye el vecino con un sentido "Te extraño Quilmes". Sin duda todo el sentimiento de un quilmeño que como tantos padece las consecuencias de la inseguridad en el distrito. ¿Las autoridades tomarán cuenta del reclamo?
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