El mundo de la cultura y de la medicina quilmeña ha sufrido el golpe de la desaparición física de un gran exponente, el doctor Florencio Amoroso.
Director de cultura del Círculo Médico y gran difusor del teatro desde el Círculo supo realizar una enorme tarea, con plenas convicciones y profundos valores.
El decía siempre que "con la cultura no se jode" y ese pensamiento era una forma de vida. En su teatro del Círculo -él era el director y en ese rol ha cumplido una brillante tarea en la formación de actores- la norma era realizar obras para la comunidad como un auténtico servicio.
Las funciones en el Círculo no se cobraban porque entendía que la actividad debía brindarse sin un valor económico, en todo caso poniendo de relieve todo su talento a través de sus queridos actores.
Curiosa vuelta del destino, se fue cuando esta querida y difícil democracia está cumpliendo tres décadas ininterrumpidas, y aunque tenga que sufrir dolores de crisis, mantiene firme la vocación de sus cultores.
Uno de ellos sin duda, Florencio Amoroso.
Todavía no tiene director el teatro municipal quilmeño, habilitado meses atrás y sin duda su capacidad e idoneidad, conocimiento y valores lo hacían justificadamente merecedor a ese lugar. No podrá ser porque nos dejó antes, pero sin duda sus principios y su pensamiento seguirán vigentes, para recordarlo siempre con sonrisa.
Como suele decirse "se fue de gira", su espíritu sigue presente en todos los que tuvimos la fortuna de conocerlo y tratarlo.
Director de cultura del Círculo Médico y gran difusor del teatro desde el Círculo supo realizar una enorme tarea, con plenas convicciones y profundos valores.
El decía siempre que "con la cultura no se jode" y ese pensamiento era una forma de vida. En su teatro del Círculo -él era el director y en ese rol ha cumplido una brillante tarea en la formación de actores- la norma era realizar obras para la comunidad como un auténtico servicio.
Las funciones en el Círculo no se cobraban porque entendía que la actividad debía brindarse sin un valor económico, en todo caso poniendo de relieve todo su talento a través de sus queridos actores.
Curiosa vuelta del destino, se fue cuando esta querida y difícil democracia está cumpliendo tres décadas ininterrumpidas, y aunque tenga que sufrir dolores de crisis, mantiene firme la vocación de sus cultores.
Uno de ellos sin duda, Florencio Amoroso.
Todavía no tiene director el teatro municipal quilmeño, habilitado meses atrás y sin duda su capacidad e idoneidad, conocimiento y valores lo hacían justificadamente merecedor a ese lugar. No podrá ser porque nos dejó antes, pero sin duda sus principios y su pensamiento seguirán vigentes, para recordarlo siempre con sonrisa.
Como suele decirse "se fue de gira", su espíritu sigue presente en todos los que tuvimos la fortuna de conocerlo y tratarlo.
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