DEMOCRACIA 30

Se están cumpliendo hoy treinta años del retorno de la democracia el país y eso es de por sí un motivo de festejo, por un sistema que con sus virtudes y sus defectos ha demostrado ser el mejor para un país.
La Argentina lleva un tiempo récord en estas condiciones, con la promesa firme de mantenerlo por siempre.
Hoy los treinta años se viven con un clima no ideal, por el conflicto policial en distintas provincias y una serie de necesidades insatisfechas, que de a poco salen a la superficie provocando estallidos que preocupan.
Bartolomé Mitre decía que las heridas de la democracia se curan con más democracia y entonces ésta es la gran receta para el sistema.
Pero para ello todas las partes deben contribuir al mejoramiento del sistema. Llámense políticos, gobernantes, oficialismo, oposición, Iglesia, corporaciones, gremios, trabajadores, comerciantes, profesionales, en fin, la gente en toda su dimensión para que la democracia se fortalezca y tenga defensas para afrontar cualquier contrariedad.
Ojalá que los festejos que se están dando en la plaza de Mayo, junto al clima de crisis que se vive en distintos lugares del país sirvan de alerta para que todos se avengan a ser más solidarios, que la paz gobierne y que el sentido común esté por encima de la irracionalidad.
El gobierno tiene la obligación de atender los reclamos, la oposición debe colaborar en las soluciones pero fundamentalmente todos tienen que aunar criterios para encontrar las mejores respuestas.
Hoy se vive un momento de reflexión, de pelota contra el piso en el lenguaje futbolístico, mirando el panorama y tratando de distribuir el balón de la mejor manera posible.
La Argentina, un país que tiene con qué para dar alimento a muchos millones de habitantes más de los que tiene, no tendría que padecer bolsones de pobreza. Habría que buscar las fórmulas para resolverlo, y para ello el ejemplo debe ir de arriba hacia abajo.
En estos días se están realizando los funerales del líder de Sudáfrica, Mandela, y todo el mundo le rinde homenaje, destacando su aporte a la humanidad. La Argentina decidió enviar como representante al vicepresidente Boudou... y eso, aunque parezca mezquino o pequeño, habla de una total falta de responsabilidad a la hora de designar representantes. Como la presidenta no puede viajar por razones de salud, el lugar lo ocupa este vicepresidente, con sospechas de corrupción sobre sus espaldas y varias causas en la justicia.
Lamentablemente en este trigésimo aniversario el ejemplo de Boudou no parece ser el más adecuado para una Argentina que merece otro espejo a la hora de decirle adiós a Mandela.
Más allá de eso, las heridas de la democracia diría Mitre, el sistema está super consolidado y sólo falta que los intérpretes encuentren la mejor partitura para que la orquesta suene bien. Por ahora, hay algunos que desafinan y complican la audición al espectador.
Recordando al primer presidente de la democracia, que aquel 10 de diciembre asumía ante una multitud, este presente debe servir para reflexionar y buscar lo mejor para un país que merece ser vivido.

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