Por algo Nelson Vivas pensó en un partido más. Por algo Dante Panzeri instauró hace más de cuatro décadas aquella definición de fútbol como "dinámica de lo impensado".
Y lo pensado ocurrió en Córdoba. Quilmes volvió a la victoria y le ganó 1 a 0 a Belgrano en estadio Mario Kempes, con gol del pibe Alan Alegre (el hijo de Fabián, hoy técnico de Tigre).
El Cervecero mejoró ostensiblemente su promedio -ahora tiene 1,286- y restauró la tranquilidad a un barco que iba a la deriva. Justo frente al Pirata y en su reducto.
Aquellas broncas que desataron cinco partidos sin victorias y sin goles pasaron ahora a la otra vereda, con la satisfacción de un triunfo que permite recuperar el oxígeno.
Se viene una semana más tranquila, a pesar de que el próximo encuentro está muy cerca, el viernes 18 A las 16 ante el siempre difícil Atlético Rafaela, el equipo de Jorge Burruchaga, que juega o intenta jugar y que hoy le ganó a Argentinos Juniors.
Quilmes concretó un gol después de 524 minutos sin conquistas.
Hubo recuperación de futbolistas que venían pasando por un bajo nivel. Y lo fundamental es que se volvió a creer en el equipo. Lógicamente, esto del fútbol significa momentos.
Cada día se comprueba más que el resultado gobierna por encima de cualquier otro principio. Por supuesto, para ganar hay que tratar de jugar, de todas maneras cuando arrecia la incertidumbre una victoria tiene efectos maravillosos, porque cambia todos los climas.
De aquella derrota con Newell`s y las amenazas de Vivas de irse, ahora se pasó a la cuota de alegría que produce un triunfo en un reducto habitualmente difícil para el Cervecero. Como para empezar a confiar otra vez y en este caso, más que nunca, recordar al inolvidable Panzeri y su definición de fútbol como dinámica de lo impensado.
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