DERROTA Y VARIACIONES

Quilmes estrenó el debut de Blas Giunta como técnico con una derrota: 1 a 0 ante Estudiantes en La Plata (el gol el Patito Rodríguez en el complemento).
El Cervecero tuvo una inmejorable oportunidad en el primer tiempo, pero el penal ejecutado por Miguel Caneo dio en un palo.
En el segundo, tras el gol del Pincha, Quilmes buscó el empate y pudo haberlo logrado.
El técnico se mostró conforme con la actitud del equipo, que volvió a mostrar la falta de gol que lo ha caracterizado en los últimos tiempos. Cabe mencionar que el goleador del equipo, cual ironía, es el Pitu González, que ayer ni siquiera estaba en el banco, con dos tantos. Una magra producción para definir una campaña, donde se necesita por lo menos contar con alguien que concrete 5 ó 6 goles. Se extraña al hoy lesionado Cauteruccio, que antes de la lesión los hizo en San Lorenzo y al Colorado Menéndez, que recién anotó uno en Independiente pero que puede hacer muchos más en un torneo tan extenso como el de la primera B Nacional.
Quilmes recibirá el domingo a Vélez -hoy se conocerá el árbitro- a las 16 en el Centenario, buscando retornar a la victoria, sabiendo que enfrente tendrá un rival que siempre complica y que mantiene una base para estar entre los mejores del fútbol argentino.
Habrá que ver qué decisiones toma Giunta en base a lo de ayer, esperándose un planteo más ofensivo, porque a La Plata fue apenas con un delantero, Boghossian, que sigue peleado con el gol y que genera más críticas que aplausos por parte de los hinchas.
Giunta confía en recuperar al delantero y considera que eso recién se podrá dar cuando concrete su primer gol en el Cervecero.
Se abre una puerta a la esperanza, porque a medida que pase el tiempo el técnico irá puliendo las cosas para que el equipo aparezca más fortalecido. El comienzo, en el decir del técnico y de algunos hinchas que se manifestaron por las radios partidarios, parece promisorio pese a la derrota.
Lo que no queda claro es la disparidad de criterios a la hora de analizar a los futbolistas. El caso más emblemático es el del defensor Alan Alegre -hijo del hoy técnico de Tigre-, considerado por Adrián Di Blasi, por ejemplo, y otros periodistas de su equipo deportivo, como el mejor de Quilmes ayer, cuando el corresponsal de Clarín en La Plata le puso un magro 4, la nota más baja del plantel junto a Miguel Caneo, que no jugó bien y además malogró un penal.
Estas diferencias de criterio marcan por sí solas lo que significa el fútbol a la hora del análisis en un país donde hay millones de personas que opinan. Ponerse de acuerdo resulta difícil, llegándose incluso a criterios tan dispares como el del análisis de la actuación del chico Alegre.


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