ADIOS CONGRESO

Por Eduardo Menescaldi
Después de 47 años y algo más (5 meses y 17 días) ha llegado para este periodista y taquígrafo el adiós al Congreso de la Nación, esperando la correspondiente jubilación por haber cumplido la etapa etárea con creces.
De todas maneras, queda atrás toda una vida, entre aquel jovencito que ingresaba al Cuerpo de Taquígrafos de la Cámara de Diputados de la Nación con 19 años y este hombre que deja el Cuerpo, en un largo período en el que se hubo gobiernos civiles y militares, pero que por fortuna desde hace tres décadas sólo habla de la palabra democracia, por más que algunos piensen bastardearla.
En aquel comienzo, mayo de 1966, se vivía un clima enrarecido, porque había un gobierno débil -había llegado con el 22 por ciento de los votos y con el peronismo proscripto- y más allá de su honradez -aquel presidente Arturo Illia fue reconocido por propios y extraños como un ejemplo de demócrata- no pudo soportar los embates de civiles y militares que terminaron derrocándolo un mes y 19 días después.
Lo que siguió fue la alternancia de militares y civiles -el gobierno peronista de 1973-76, con la muerte del general Perón y el vacío institucional que replicó en un nuevo golpe conjunto- hasta que la guerra de Malvinas y el reclamo de la sociedad catapultaron en diciembre de 1983 la democracia, con mayúscula, comenzando con el líder radical Raúl Alfonsín, siguiendo con el riojano Carlos Menem y sus dos períodos, la Alianza con De la Rua y su fragilidad, los cinco presidentes en corto lapso, entre ellos el quilmeño Eduardo Camaño, el interregno de Eduardo Duhalde y finalmente la etapa del kirchnerismo, con Néstor primero y Cristina después, en dos períodos.
El adiós al Congreso se produce a pocos días de una elección legislativa, de medio término, que puede marcar tendencia para lo que vendrá a nivel nacional dentro de dos años.
Atrás quedó una etapa política que mueve y conmueve a todos los argentinos. Y hoy, ante el adiós y frente a la actualidad, como periodista conviene recomendar el video del colega Jorge Lanata con el actor Alfredo Casero, quien le responde al dirigente K Cabandié, dejando picar una pregunta: ¿Qué hizo cada cual en nuestro país en la época de la dictadura?¿Quién puede hablar de ella si hace tres décadas que felizmente, más allá de sus contratiempos, vivimos y respiramos el aroma del único sistema posible en la actualidad como es el democrático, el mejor de todos?
PD: Dejar atrás el Palacio Legislativo, recordar la Confitería El Molino como un lindo recuerdo que hoy es pura nostalgia encierra emoción. Y el presente muestra una paradoja: en el otro sector del edificio, en el Senado, esta tarde el nuevo técnico de Quilmes firma el contrato en el despacho de Aníbal Fernández, el senador. Paradoja... y como diría Pancho Ibañez, todo tiene que ver con todo.

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