QUILMES Y LO DE SIEMPRE

Cuando el equipo no responde, no se suman puntos y se pone en duda la actitud, comienzan a llover las críticas y se forman los bandos. Algo que parece ser una constante del Quilmes AC, fútbol mediante, de los últimos años. Aquello de "suben y bajan" se convierte en un karma, y se deja de lado el sentido del trabajo por un proyecto para dejarse llevar por los que se enojan.
Quilmes no está jugando bien, por eso no consigue resultados y lleva 406 minutos sin concretar en la red rival(para colmo el último gol fue en contra, por parte de Paparatto, el defensor de Tigre).
Las radios partidarias se convierten en las cajas de resonancia del enojo del hincha, ese mismo que no hace mucho celebraba aquella victoria sobre San Lorenzo y que hoy lamenta la pobre actuación en la Bombonera.
Quilmes, con el técnico Nelson Vivas, no era demasiado cuando le ganó al Azulgrana ni tampoco es una porquería porque perdió en la Boca.
La realidad es que se está formando un equipo, se está buscando una identidad, se apuesta a los chicos de la cantera y se debe saber que ese derecho de piso significa pagar un precio.
 Lógicamente, cuando no hay resultados, entonces aparecen las tormentas. Quilmes tiene una larga experiencia de sinsabores a la hora de hablar de fútbol, con mayor cantidad de malasangres que alegrías.
Entonces, este momento no debe sorprender, porque ha sido una constante desde hace años.
Nunca se apostó a un proyecto a largo plazo y cada vez que suceden cosas como las actuales comienza a haber incertidumbre por doquier.
Y en ese sentido, debe aparecer el dirigente para capear el temporal y saber mirar hacia adelante con una política a mediano y largo plazo.
Es cierto que ningún técnico resiste una sumatoria de derrotas -se va solo, suelen decir, el propio Vivas lo dijo en esas charlas confesión con las radios partidarias- pero también es cierto que hay que saber mantener la idea, cuando las cosas no andan. Se supone que esta semana la tomará el técnico para ensayar variantes buscando un mejor andamiaje, desde ya una mayor potencia en ataque, a diferencia del viaje a la Boca, con un solo delantero y prácticamente resignando la posibilidad de merodear el área rival.
 Alguna vez se lo quiso echar a Gustavo Alfaro, después de resultados adversos y concretamente con una caída de local ante San Martín de San Juan por 3 a 0... Fuimos pocos los que lo respaldamos, y el tiempo dio la razón. Quilmes ascendió a primera y concretó en esa división una campaña de 60 puntos, con participación en Copa Libertadores incluida.
Habrá que ver si alguna vez se toma en cuenta este antecedente y se apuesta al mediano y largo plazo para que no sigan gobernando las nubes de tormenta como casi siempre. ¿Se tendrá el temple para soportar las aguas encrespadas? No es algo nuevo en el mundo Quilmes. ¿Habrá respuestas que no se dejen llevar por la impaciencia de los que siempre sólo miran el horizonte del resultado?

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