Nelson Vivas conoce el paño. Sabe lo que es jugar en la cancha de Boca, más con el equipo de Bianchi, esta vez con el condimento de Riquelme -dispuesto a ser el futbolista con más presencia en el Xeneize, por encima de Marzolini- y de Gago juntos.
Por eso el técnico de Quilmes muestra audacia, no ya por un planteo ofensivo sino porque apela a los pibes, en perfecto ensamble con los más experimentados. Mañana pone en la formación cinco chicos, cuatro de la cantera Cervecera -Alan Alegre, Leonel Bontempo, Lucas Pérez Godoy y Matías Morales- y el restante de las inferiores de River, como Luciano Abecasis. Junto a ellos seis experimentados: el Chapu Braña, el uruguayo Sebastián Martínez, el jujeño Pablo Garnier, el arquero Sebastián Peratta, Miguel Caneo, formado en las inferiores de Boca pero con muchos años en sus espaldas en el Cervecero y Fernando Telechea. De éstos, salvo Peratta, todos llevan un buen tiempo en Quilmes, con la excepción de Braña, quien se formó en el Cervecero, jugó en primera y se fue a Estudiantes de La Plata -hubo un breve paso por Unión de Santa Fe- y regresó a Quilmes después de ocho años en el club de la ciudad de las diagonales.
Con esta base Quilmes pretende hacer hazaña en la Boca. No hay que olvidar que en ese escenario ganó el Decano una sola vez, con gol de Rando en 1976. Son 37 años sin éxitos para Quilmes.
Con este panorama, Quilmes va de punto, dispuesto a terminar siendo banca, o por lo menos a darle un susto al rival, como ocurrió en la oportunidad anterior cuando el Cervecero ganaba 2 a 0 en los primeros minutos, y si bien Boca terminó ganando 3 a 2, cuando el partido iba 2 a 2 el delantero Cauteruccio malogró un penal.
Estos datos pueden servir para justificar el entusiasmo de Vivas y de sus jugadores. Lógicamente, habrá que ser inteligentes, no cometer errores y que no se transforme la Bombonera en un escenario parecido al de Floresta días atrás, cuando los errores fueron tantos que el equipo de Nelson terminó goleado, apabullado y poniendo en duda incluso la continuidad del proyecto.
Si de proyectos se trata el ideal es el que están ensayando Vivas, o sea dar oportunidad a los chicos de la cantera, pensando en armar un equipo a largo plazo. Claro está, para ello, en un fútbol argentino necesitado de resultados y apremiante, los golpes ponen en juego y en duda cualquier idea que se pretenda exponer.
Ojalá los futbolistas sepan entender el mensaje del técnico, y si la cuestión pasa por una derrota, que sea lo más honorable posible, pensando que el torneo es largo y que después de Boca estará en el Centenario nada menos que el líder Newell`s, que si bien hoy comparte la punta con el único invicto, Arsenal, puede despegarse si le gana al comprometido Argentinos Juniors, de Caruso Lombardi.
Domingo de fútbol en la Boca. ¿Qué se dirá después del partido..., un encuentro que todo futbolista quiere jugar?
Por eso el técnico de Quilmes muestra audacia, no ya por un planteo ofensivo sino porque apela a los pibes, en perfecto ensamble con los más experimentados. Mañana pone en la formación cinco chicos, cuatro de la cantera Cervecera -Alan Alegre, Leonel Bontempo, Lucas Pérez Godoy y Matías Morales- y el restante de las inferiores de River, como Luciano Abecasis. Junto a ellos seis experimentados: el Chapu Braña, el uruguayo Sebastián Martínez, el jujeño Pablo Garnier, el arquero Sebastián Peratta, Miguel Caneo, formado en las inferiores de Boca pero con muchos años en sus espaldas en el Cervecero y Fernando Telechea. De éstos, salvo Peratta, todos llevan un buen tiempo en Quilmes, con la excepción de Braña, quien se formó en el Cervecero, jugó en primera y se fue a Estudiantes de La Plata -hubo un breve paso por Unión de Santa Fe- y regresó a Quilmes después de ocho años en el club de la ciudad de las diagonales.
Con esta base Quilmes pretende hacer hazaña en la Boca. No hay que olvidar que en ese escenario ganó el Decano una sola vez, con gol de Rando en 1976. Son 37 años sin éxitos para Quilmes.
Con este panorama, Quilmes va de punto, dispuesto a terminar siendo banca, o por lo menos a darle un susto al rival, como ocurrió en la oportunidad anterior cuando el Cervecero ganaba 2 a 0 en los primeros minutos, y si bien Boca terminó ganando 3 a 2, cuando el partido iba 2 a 2 el delantero Cauteruccio malogró un penal.
Estos datos pueden servir para justificar el entusiasmo de Vivas y de sus jugadores. Lógicamente, habrá que ser inteligentes, no cometer errores y que no se transforme la Bombonera en un escenario parecido al de Floresta días atrás, cuando los errores fueron tantos que el equipo de Nelson terminó goleado, apabullado y poniendo en duda incluso la continuidad del proyecto.
Si de proyectos se trata el ideal es el que están ensayando Vivas, o sea dar oportunidad a los chicos de la cantera, pensando en armar un equipo a largo plazo. Claro está, para ello, en un fútbol argentino necesitado de resultados y apremiante, los golpes ponen en juego y en duda cualquier idea que se pretenda exponer.
Ojalá los futbolistas sepan entender el mensaje del técnico, y si la cuestión pasa por una derrota, que sea lo más honorable posible, pensando que el torneo es largo y que después de Boca estará en el Centenario nada menos que el líder Newell`s, que si bien hoy comparte la punta con el único invicto, Arsenal, puede despegarse si le gana al comprometido Argentinos Juniors, de Caruso Lombardi.
Domingo de fútbol en la Boca. ¿Qué se dirá después del partido..., un encuentro que todo futbolista quiere jugar?
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