Quilmes derrotó a Racing por 1 a 0, con gol de Cauteruccio apenas iniciado el encuentro. Con esta victoria, el Cervecero logró llegar a un promedio de 1,228, que lo deja muy bien posicionado para quedarse en Primera.
El partido "de las sospechas" ya pasó, y de él seguramente seguirá hablándose toda la semana por lo que pasó. Porque Racing apenas apareció un poco en el complemento -ahí surgió en toda su dimensión el arquero Trípodi, que tapó magistralmente una jugada de gol en dos tiempos- pero en ninguna ocasión mostró la enjundia del equipo que se "juega en la vida" en cada pelota.
Desde la platea del living, frente al televisor, rápidamente se supo lo que podía pasar. No sólo porque Quilmes se puso en ventaja sino porque Racing no lastimaba, tampoco aparecía desesperado por empatar y por eso en esa primera etapa prácticamente no llegó a Trípodi.
El complemento no cambió demasiado. En todo caso Racing mejoró con los cambios, y tuvo su gran ocasión: pero Trípodi dijo NO en dos oportunidades, como respondiéndole a los que lo criticaban por el partido en Liniers con Velez y pidiendo la presencia de Dulcich. Trípodi se desquitó con lo que mejor sabe.
¿Las sospechas? Están, estuvieron y seguirán estando.
En definitiva, fue una importante victoria para el futuro Cervecero y el sueño de permanencia. Porque ahora obliga a Argentinos Juniors, que el domingo recibe a River y a Independiente, que mañana aguarda a Estudiantes.
Quedan tres fechas -el sábado 8 a las 18 con Arsenal en Sarandí, luego con Godoy Cruz en el Centenario y la final en Victoria con Tigre- y Quilmes tiene todas las posibilidades abiertas para lograr el gran objetivo.
Y volviendo al partido, el resumen final puede compararse con esta pintura: Racing fue para Quilmes lo que Tigre a Independiente en su momento.
El partido "de las sospechas" ya pasó, y de él seguramente seguirá hablándose toda la semana por lo que pasó. Porque Racing apenas apareció un poco en el complemento -ahí surgió en toda su dimensión el arquero Trípodi, que tapó magistralmente una jugada de gol en dos tiempos- pero en ninguna ocasión mostró la enjundia del equipo que se "juega en la vida" en cada pelota.
Desde la platea del living, frente al televisor, rápidamente se supo lo que podía pasar. No sólo porque Quilmes se puso en ventaja sino porque Racing no lastimaba, tampoco aparecía desesperado por empatar y por eso en esa primera etapa prácticamente no llegó a Trípodi.
El complemento no cambió demasiado. En todo caso Racing mejoró con los cambios, y tuvo su gran ocasión: pero Trípodi dijo NO en dos oportunidades, como respondiéndole a los que lo criticaban por el partido en Liniers con Velez y pidiendo la presencia de Dulcich. Trípodi se desquitó con lo que mejor sabe.
¿Las sospechas? Están, estuvieron y seguirán estando.
En definitiva, fue una importante victoria para el futuro Cervecero y el sueño de permanencia. Porque ahora obliga a Argentinos Juniors, que el domingo recibe a River y a Independiente, que mañana aguarda a Estudiantes.
Quedan tres fechas -el sábado 8 a las 18 con Arsenal en Sarandí, luego con Godoy Cruz en el Centenario y la final en Victoria con Tigre- y Quilmes tiene todas las posibilidades abiertas para lograr el gran objetivo.
Y volviendo al partido, el resumen final puede compararse con esta pintura: Racing fue para Quilmes lo que Tigre a Independiente en su momento.
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