FUTBOLEANDO CON BEMOLES

La semana futbolera trascurre entre comentarios, suspicacias, sospechas, dimes y diretes, porque como ocurre siempre en la etapa final de un torneo, que define posiciones arriba y abajo se lanzan a rodar las expresiones más dispares.
De pronto el técnico de Newell`s, un hombre que hace jugar a su equipo como lo hacía él en su etapa de futbolista, tiene un entredicho con el árbitro Pompei y eso deriva en que el propio Pompei comete un exabrupto del que después se arrepiente, empujando a Gerardo Martino.
Ya más calmo Martino, quien reconoció que lo predispone mal saber que a su equipo lo arbitra Pompei, no le da demasiada entidad el entredicho y habla de fútbol, que es aquello que debería ser únicamente el motivo de estos comentarios, aunque la realidad extiende las palabras a aspectos extrafutbolísticos.
 Cuando Martino habla de fútbol lo hace como cuando jugaba él o como juega el equipo que conduce: bien. Así menciona hechos que son claros. Por ejemplo, dice que nadie habló del penal que le hicieron a Mancuello porque Independiente ganó su partido, si no, ese hecho hubiera sido relevante en los comentarios.
El presidente de San Martín de San Juan se queja del arbitraje de Loustau, con el segundo penal que dio para Rafaela y que significó el triunfo de los santafesinos. Pero no habla del partido con Unión, donde el tatengue fue bastante perjudicado. Tampoco dice que Loustau los dirigió en aquel inolvidable 6 a 1 sobre Boca en San Juan.
 Ricardo Caruso Lombardi, técnico de Argentinos Juniors, abre el paraguas después de que su equipo perdió tres partidos seguidos y comenzó a comprometerse con el promedio, aunque todavía no demasiado. Caruso recordó que en el partido con Tigre "me desarmaron el equipo y no me quejé", y ahora habla porque el próximo rival es precisamente el elenco sanjuanino en tierra cuyana.
 El combo se mezcla con el show de la pirotecnia que se armó en la Bombonera promediando el Superclásico, y todos intentan saber cómo entró tanto fuego en ese escenario, cuando había más de mil policías y personal de seguridad para controlar los ingresos.
Cuando alguien insinua que se le podrían descontar puntos al Xeneize rápidamente se desecha la especie, porque hoy por hoy esa sanción no existe. En todo caso habrá sanción económica y/o cambio de escenario para un próximo partido de local.
 Los árbitros están cada vez más en la mira de todos, ya sea periodismo, cámaras, hinchas, gente del fútbol.
 Esta noche tendrán que ser sorteados los que dirigirán los partidos de primera del próximo fin de semana, y no todos quedarán conformes, máxime cuando siguen firmes las declaraciones del titular del SADRA, Guillermo Marconi, quien confesó su pasión por el diablo y pidió que no lo dirijan sus afiliados. Dijo, claro está, es un pedido... eso no significa que se cumpla.
 En este mar de fondo que se viene cada vez que se acerca el final del torneo Final, los programas deportivos, futbolísticos fundamentalmente, se encargan de condimentar las cosas. El relator Vignolo, quien no oculta su pasión por All Boys, dijo que iba a tratar de charlar con Patricio Loustau después de las declaraciones del presidente de San Martín de San Juan, Jorge Miadosqui, quien señaló en ese micrófono que después de ese arbitraje a su equipo "ya lo mandaron a la B", lo que generó una respuesta de Marconi, quien le recordó que si eso pasa será después de 76 partidos y no de uno en particular.
Miadosqui habló de varios partidos en que se sintieron perjudicados, agregando que si eso no hubiese ocurrido hoy tendrían diez puntos más y estarían más tranquilos con el tema del promedio.
 Lógicamente, cada cual defiende su quinta. Miadosqui se lamentaba por el esfuerzo que realizan los clubes del interior para jugar en primera, y ponía como dato que en el último fin de semana fueron los únicos que tuvieron que recurrir a otros caminos para llegar a Buenos Aires, afectados por el paro de micros de larga distancia.
 Faltan 21 puntos, muchos o pocos según como se lo mire para los que pelean arriba y abajo, y el torneo promete entrar en ese túnel tan habitual de estos tiempos del fútbol, condimentado por el factor político, la acción de los barras, el año electoral, la relación entre la dirigencia y la política y muchos elementos más. Como para suponer que de aquí a fines de junio, como decía un humorista, vale repetir aquello de que "no se vayan que ahora viene lo mejor...". ¿Será lo mejor o no?

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