El maestro Roberto De Vicenzo celebra hoy 90 años, con una especial fiesta al mediodía, en su "casa" del Ranelagh Golf Club.
De Vicenzo ha dado la vuelta al mundo varias veces jugando al golf y se ha convertido en un ícono de este deporte.
Nació en Migueletes y muy joven se instaló en Ranelagh. Precisamente, en el Golf Club inició la escala que lo llevó recorrer el mundo pegándole a la pelotita.
Ganó infinidad de torneos y se destacó siempre por su bonhomía y don de gentes. Una de sus anécdotas más recordadas, que le valió el mote de honestidad a rajatabla, fue el torneo de Augusta, cuando firmó una planilla equivocada y nunca quiso revertir la situación, ni acusar al caddie que le alcanzó la tarjeta.
Eso le dio mayor jerarquía a su personalidad y lo transformó en un ejemplo mundial de honestidad.
Incluso, con total modestia, dijo que había sido un tonto por no revisar la tarjeta.
No ganó ese torneo pero sí el reconocimiento de todo el mundo.
Desde El Sol lo hemos venido entrevistando. La primera vez fue cuando cumplió 60 y allí con humor dijo que en ese momento se sentía "más cerca del hoyo...". Treinta años después esa declaración se actualiza, porque con 90 sigue cerca del hoyo pero este mediodía tendrá el reconocimiento de todo el pueblo de Ranelagh, sus amigos y conocedores que quieren darle el festejo por tan magno acontecimiento.
De Vicenzo ha dado la vuelta al mundo varias veces jugando al golf y se ha convertido en un ícono de este deporte.
Nació en Migueletes y muy joven se instaló en Ranelagh. Precisamente, en el Golf Club inició la escala que lo llevó recorrer el mundo pegándole a la pelotita.
Ganó infinidad de torneos y se destacó siempre por su bonhomía y don de gentes. Una de sus anécdotas más recordadas, que le valió el mote de honestidad a rajatabla, fue el torneo de Augusta, cuando firmó una planilla equivocada y nunca quiso revertir la situación, ni acusar al caddie que le alcanzó la tarjeta.
Eso le dio mayor jerarquía a su personalidad y lo transformó en un ejemplo mundial de honestidad.
Incluso, con total modestia, dijo que había sido un tonto por no revisar la tarjeta.
No ganó ese torneo pero sí el reconocimiento de todo el mundo.
Desde El Sol lo hemos venido entrevistando. La primera vez fue cuando cumplió 60 y allí con humor dijo que en ese momento se sentía "más cerca del hoyo...". Treinta años después esa declaración se actualiza, porque con 90 sigue cerca del hoyo pero este mediodía tendrá el reconocimiento de todo el pueblo de Ranelagh, sus amigos y conocedores que quieren darle el festejo por tan magno acontecimiento.
Comentarios