El mundo se mueve y se conmueve con la asunción del papa, el cardenal argentino Jorge Bergoglio. La tocante ceremonia realizada en Roma llegó a todo el universo, con una multitud en la plaza San Pedro y con impresionantes convocatorias en todas partes de la Tierra.
En la Argentina y fundamentalmente en la Catedral metropolitana, y la Plaza de Mayo, una enorme concentración acompañó la ceremonia que una pantalla gigante mostraba desde el Vaticano.
Francisco, el nombre que eligió el papa para su reinado, es el mejor homanaje a San Francisco de Asís, el numen de los pobres (de ahí, la expresión pobreza franciscana).
La elección de ese personaje no es accidental sino que reúne el interés de Bergoglia de mostrar al mundo su tesis sobre la Iglesia.
Se vienen vientos de fronda, aires de cambio para una Iglesia que últimamente venía muy vapuleada con tremendos flagelos, como la pedofilia, la corrupción financiera, el oropel y la pomposidad que se apartaban del mensaje de Cristo.
Por eso, la llegada de este Papa abre una puerta a la esperanza. Hay muchísimos gestos que Francisco ha ido dando en este poco tiempo que permiten avisorar un futuro promisorio.
Desde que llamó a su diariero, el que le llevaba el periódico a la catedral, para explicarle que no lo podría recibir más hasta llamadas a familiares -la hermana se conmovió cuando su hijo, sobrino del papa, le mencionó a su madre que estaba llamando el Papa- y otras cuestiones que hacen a romper el protocolo, dejar de lado el boato, tomar un coche descapotado en lugar de una limusine, pagar la cuenta del hotel donde se hospedaba, etcétera, son muestras de que algo nuevo está pasando en la Iglesia.
Y el encuentro con la presidenta es otro motivo más de admiración por la conducta del Sumo Pontífice. No sólo la invitó a almorzar para departir un par de horas con ella sino que dejó de lado cualquier resquemor que podría existir.
No hay que olvidar que los Kirchner no recibían a Bergoglio, como cardenal primado del país, desde marzo de 2010 y cuando Bergoglio quiso contactar con ellos para recuperar la relación, ellos se negaron, tal como contó el dirigente Julio Bárbaro, que ofició de puente.
Como dice monseñor Casareto, Bergoglio tiene en el cuerpo el tema del discernimiento, que es vital para los jesuitas (Bergoglio fue provincial de esa orden en los tiempos difíciles de la dictadura y por eso algunos que se sintieron afectados por su designación papal, sacaron a relucir presuntos "pecados" del hoy Sumo Pontífice, cuestiones totalmente alejadas de la verdad, según comentaron por ejemplo el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y Graciela Fernández Meijide, de la CONADEP).
Hoy que tenemos un Papa abierto, que muestra ser humano y que quiere humanizar a la Iglesia universal, con gestos que todos los días conmueven, hay que celebrar mejor que nunca esta Buena Nueva, en todo caso, como dice el querido sacerdote Pablo Laguna Llano, siempre Dios tiene un as en la manga para que los hombres y mujeres sepan disfrutar del mensaje de Cristo.
En la Argentina y fundamentalmente en la Catedral metropolitana, y la Plaza de Mayo, una enorme concentración acompañó la ceremonia que una pantalla gigante mostraba desde el Vaticano.
Francisco, el nombre que eligió el papa para su reinado, es el mejor homanaje a San Francisco de Asís, el numen de los pobres (de ahí, la expresión pobreza franciscana).
La elección de ese personaje no es accidental sino que reúne el interés de Bergoglia de mostrar al mundo su tesis sobre la Iglesia.
Se vienen vientos de fronda, aires de cambio para una Iglesia que últimamente venía muy vapuleada con tremendos flagelos, como la pedofilia, la corrupción financiera, el oropel y la pomposidad que se apartaban del mensaje de Cristo.
Por eso, la llegada de este Papa abre una puerta a la esperanza. Hay muchísimos gestos que Francisco ha ido dando en este poco tiempo que permiten avisorar un futuro promisorio.
Desde que llamó a su diariero, el que le llevaba el periódico a la catedral, para explicarle que no lo podría recibir más hasta llamadas a familiares -la hermana se conmovió cuando su hijo, sobrino del papa, le mencionó a su madre que estaba llamando el Papa- y otras cuestiones que hacen a romper el protocolo, dejar de lado el boato, tomar un coche descapotado en lugar de una limusine, pagar la cuenta del hotel donde se hospedaba, etcétera, son muestras de que algo nuevo está pasando en la Iglesia.
Y el encuentro con la presidenta es otro motivo más de admiración por la conducta del Sumo Pontífice. No sólo la invitó a almorzar para departir un par de horas con ella sino que dejó de lado cualquier resquemor que podría existir.
No hay que olvidar que los Kirchner no recibían a Bergoglio, como cardenal primado del país, desde marzo de 2010 y cuando Bergoglio quiso contactar con ellos para recuperar la relación, ellos se negaron, tal como contó el dirigente Julio Bárbaro, que ofició de puente.
Como dice monseñor Casareto, Bergoglio tiene en el cuerpo el tema del discernimiento, que es vital para los jesuitas (Bergoglio fue provincial de esa orden en los tiempos difíciles de la dictadura y por eso algunos que se sintieron afectados por su designación papal, sacaron a relucir presuntos "pecados" del hoy Sumo Pontífice, cuestiones totalmente alejadas de la verdad, según comentaron por ejemplo el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y Graciela Fernández Meijide, de la CONADEP).
Hoy que tenemos un Papa abierto, que muestra ser humano y que quiere humanizar a la Iglesia universal, con gestos que todos los días conmueven, hay que celebrar mejor que nunca esta Buena Nueva, en todo caso, como dice el querido sacerdote Pablo Laguna Llano, siempre Dios tiene un as en la manga para que los hombres y mujeres sepan disfrutar del mensaje de Cristo.
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