Después de nueve fechas, Quilmes volvió al triunfo: derrotó en el Centenario a All Boys por 2 a 1, con goles de Juan Manuel Cobo y de Jacobo Mansilla (el descuento fue de Ahumada).
El Cervecero fue más que el de Floresta y se quedó con tres puntos vitales para su futuro.
Quilmes llegó a los 22 puntos en 21 fechas, lo que hace un promedio de 1,050.
La victoria sirvió para tranquilizar las aguas de cara al futuro, que prevé un gran partido el próximo sábado en Santa Fe, cuando Quilmes visite a Unión, en un encuentro entre dos necesitados (Unión lleva 25 fechas sin ganar).
Esta tarde la victoria quilmeña comenzó con un golazo de Cobo tras un saque lateral y concluyó una jugada vistosa que culminó Jacobo Mansilla en el segundo tiempo.
Quilmes pudo ampliar el marcador pero tropezó con el mal de siempre, las dificultades para concretar las ocasiones y sufrió un poco cuando Ahumada descontó, faltando diez minutos.
De todas maneras el triunfo sirve, por aquello de que las victorias contribuyen a apaciguar las broncas y permiten trabajar con otra tranquilidad.
Precisamente, éste era un partido bisagra para el técnico Omar De Felippe, que iba a renunciar si no ganaba. Ahora puede estar un poco tranquilo, al menos hasta la próxima batalla en Santa Fe, el sábado a las 17.
Quilmes encontró algo de oxígeno con la buena actuación de Menéndez en ataque, el despliegue de Oberman y su calidad, más el buen momento del volante Cobo.
En defensa debió sufrir la baja de Carli, lesionado y fue sustituido por el uruguayo Martínez, quien mostró falta de fútbol pero se las arregló para que las cosas no pasaran a mayores.
Ojalá este oxígeno sirva para poder respirar y encarar el futuro con otro rostro, apostando a seguir sumando, fundamentalmente estos tres puntos que se jugarán en el estadio de Unión.
El Cervecero fue más que el de Floresta y se quedó con tres puntos vitales para su futuro.
Quilmes llegó a los 22 puntos en 21 fechas, lo que hace un promedio de 1,050.
La victoria sirvió para tranquilizar las aguas de cara al futuro, que prevé un gran partido el próximo sábado en Santa Fe, cuando Quilmes visite a Unión, en un encuentro entre dos necesitados (Unión lleva 25 fechas sin ganar).
Esta tarde la victoria quilmeña comenzó con un golazo de Cobo tras un saque lateral y concluyó una jugada vistosa que culminó Jacobo Mansilla en el segundo tiempo.
Quilmes pudo ampliar el marcador pero tropezó con el mal de siempre, las dificultades para concretar las ocasiones y sufrió un poco cuando Ahumada descontó, faltando diez minutos.
De todas maneras el triunfo sirve, por aquello de que las victorias contribuyen a apaciguar las broncas y permiten trabajar con otra tranquilidad.
Precisamente, éste era un partido bisagra para el técnico Omar De Felippe, que iba a renunciar si no ganaba. Ahora puede estar un poco tranquilo, al menos hasta la próxima batalla en Santa Fe, el sábado a las 17.
Quilmes encontró algo de oxígeno con la buena actuación de Menéndez en ataque, el despliegue de Oberman y su calidad, más el buen momento del volante Cobo.
En defensa debió sufrir la baja de Carli, lesionado y fue sustituido por el uruguayo Martínez, quien mostró falta de fútbol pero se las arregló para que las cosas no pasaran a mayores.
Ojalá este oxígeno sirva para poder respirar y encarar el futuro con otro rostro, apostando a seguir sumando, fundamentalmente estos tres puntos que se jugarán en el estadio de Unión.
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