QUILMES, EL DIA DESPUES

Quilmes tiene día de descanso, al menos el plantel superior ya que la reserva juega hoy a las 17 con  All Boys, y la oportunidad es propicia para hacer la reflexión después de la importante victoria de ayer.
No fue fácil para el Cervecero volver al triunfo, tras nueve fechas sin victorias, y por eso los tres puntos se valoran muchísimo.
Porque Quilmes, en la zona roja del descenso, sabe que debe sumar la mayor cantidad de puntos posibles para quedarse en Primera.
Faltan 17 fechas, es decir 51 puntos, por lo que están dadas todas las posibilidades para soñar con la permanencia.
Lógicamente, cada partido es fundamental, y ahora la prioridad es el del sábado en Santa Fe,  con Unión, un rival directo. Un triunfo en ese escenario habitualmente difícil tendrá un impulso anímico enorme. No hay que olvidar que el Tatengue lleva 25 fechas sin ganar, lo que es una presión mayor para el local, máxime en este momento.
Quilmes difícilmente  pueda contar con el zaguero Joel Carli, lesionado ayer, lo que significa que el técnico tendrá que ensayar una nueva formación de la defensa. Podrían jugar Goñi y Olivera en el medio, junto a Serrano y Mandarino, o el propio Sebastián Martínez, que ayer entró  por Carli, aunque dejó dudas sobre su momento futbolístico.
El Cervecero dejó como saldo el buen momento de Menéndez, la jerarquía de Cachete Oberman, y las inseguridades del uruguayo Cauteruccio, que debe tomar confianza para volver a ser el que era antes del sonado pase a Independiente.

El técnico

Omar De Felippe fue duro en sus expresiones al final del partido, quejándose de ciertas reacciones desde la platea sobre todo, que hacen históricamente al denominado Mundo  Quilmes.Porque los años que  han pasado han transformado a ciertos hinchas en exageradamente exigentes, al punto que llegan incluso a criticar e insultar cuando el equipo va ganando 2 a 0, como ayer con All Boys.
 De Felippe sabe que estar donde se encuentra no es tarea fácil, porque incluso ayer hasta se hablaba del reemplazante (Caruso Lombardi?) si el Cervecero perdía. Pero esto de los resultados como máxima del fútbol de hoy, a la corta o a la larga, se transforma en una  espada de Damocles.
 El técnico debe saberlo y tendría que ser inteligente y responder sólo desde lo futbolístico.
 El sábado, si Quilmes se trae los tres puntos de Santa Fe, se alejarán los fantasmas, pero si el resultado es adverso, volverán a aparecer esos fantasmas. Cosas veredes...

De color

La diferencia de la salida de ayer con la de los últimos partidos de local fue notoria. Porque después de aquella histórica victoria del 21 de octubre pasado con River, recién ayer se vivió esa sana euforia que provocan los triunfos y las esperanzas, máxime cuando la Victoria aparece muy de tanto en tanto. Vale esperar que la situación se repita en los próximos partidos de local, el primero el viernes 1 a la noche con Rafaela.
Y en esa vuelta a casa, con sonrisas por doquier, pudo observarse al Máquina Adrián Giampietri, de bermuda color caqui, aritos y la alegría del triunfo. Hoy por hoy, con la lesión de Caneo, que recién podría volver a jugar en abril, se extraña sobremanera a futbolistas como el Máquina, más allá de su entorno, porque Quilmes continua sin enganche, y eso incide en sus resultados.

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