QUILMES, BARRANCA ABAJO

Una nueva derrota, la tercera consecutiva, dejó a Quilmes en el subsuelo del torneo de primera división, con el promedio más bajo y el descenso presente como nunca.
Después de perder con Arsenal -Quilmes jugó muy mal- un mar de dudas quedaron flotando de cara al futuro.
Para colmo el próximo partido será Mendoza, donde Godoy Cruz estrenará a Martín Palermo como técnico, con todo el interés y el fervor que genera el debut del Titán en su nueva función.
 El cierre del año será con Tigre, que viene de ganar su primer partido del torneo, precisamente ante Godoy Cruz.
 Ayer Quilmes se transformó en un equipo previsible, que cometió múltiples errores y que sufrió los goles con las mejores armas que maneja el Arsenal de Alfaro, la pelota parada, el aprovechamiento de las oportunidades, terminaron por sellar la suerte quilmeña.
Después de un penal no cobrado por Lunati, llegó la contra de Arsenal y el primer gol del de Sarandí, en una rápida acción que halló mal parada a la defensa Cervecera. Y el siguiente gol fue de corner.
El descuento quilmeño de Facundo Diz no alcanzó, por el contrario el local  mostró su impotencia, su falta de gol y los desacoples defensivos que ya preocupan sobremanera.
Volvió Martínez, tras larga ausencia, y se notó su falta de fútbol. Pablo Lima no acertó nunca en la marca, Lema no gravitó y sólo Goñi mantuvo su nivel.
El medio volvió a mostrar sus flaquezas, con un Leandro Diaz desconocido, con la soledad de Mansilla, el esfuerzo de Romero...
Quilmes, quizás como nunca siente el mal de ausencias y arma un equipo que no es tal con muchos jugadores lejos de su nivel. No hay gol, Cauteruccio está desconocido, seguramente jugando no con todas las posibilidades.
 Omar De Felippe debe estar muy preocupado. Dice que la meta son los 20 puntos, para tener que sacar 30 en la segunda rueda, pero si no se gana en Mendoza o con Tigre ese objetivo tampoco se logrará, y se pasará a las vacaciones con el infierno del descenso más firme que nunca, haciendo recordar otros tiempos, incluso aquella etapa de Hugo Tocalli o el mamarracho posterior al ascenso de 1991.
 Todavía se está a tiempo para cambiar la historia, los dirigentes deben entenderlo y dejar de lado las diferencias personales para tirar todos para adelante, pero también se necesita de los futbolistas y este elemento por ahora no aporta.nada.
¿Habrá que ponerse a pensar en el Nacional B o aún hay esperanzas de permanencia? Hoy, el club cumple 125 años, y no es el mejor momento para festejar, por más que haya un amistoso con Santiago Wanderers por la Copa de los Decanos (tiempo atrás jugaron en Chile y ganó Quilmes 4 a 1).
 Algún viejo hincha Cervecero, de esos que va siempre, en las buenas y en las malas, por más que hayan sido más malas que buenas -por el eso el canto de "culpa de los dirigentes..."- ya estará suponiendo que no se zafa del descenso.
Es un momento de inflexión. De Felippe, los jugadores, quizás un cambio de aire, lo que sea, exigen que hoy más que nunca se tome el toro por las astas. De lo contrario, será una pretemporada pensando en el milagro (por ahora se necesitan 33 puntos para zafar, un puntaje con sabor a protagonismo desde el comienzo del año próximo, donde el primer partido será nada menos que en la Bombonera, ante un Boca que buscará tomarse revancha de aquel histórico 3 a 0, que hoy parece imposible de repetir).

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