QUILMES ESPERA A BOCA

Mientras el plantel de Boca ya está en vuelo a Buenos Aires, Quilmes sigue esperando el gran partido del sábado en el horario de las 18.15 en el Estadio Centenario, con el arbitraje de Néstor Pitana.
El encuentro se iba a jugar a las 14.10 pero fue postergado cuatro horas porque Boca quedó varado en Venezuela y pretendía postergarlo aún más.
Desde la dirigencia quilmeña se accedió al cambio de horario, pero se afirmó que no se admitía jugar de noche por razones de seguridad. Ojalá no ocurre ningún hecho lamentable, porque ya jugar después de las 18 y terminar pasadas las 20 es un riesgo. En ese sentido, desde el club local y desde el operativo policial debe mostrarse eficacia, para no dar pie a los que aseguran que este tipo de encuentros no se pueden disputar con la noche encima.
Quilmes todavía no definió el equipo que recibirá al Xeneize, aunque se estima que no diferirá demasiado de esta posible formación: Trípodi; Quilez o Serrano, Olivera, Carli, Goñi; Garnier, Cobo o Díaz, Mansilla, Caneo, Cauteruccio y Romero.
Se estima que el Centenario lucirá como en sus mejores ocasiones, llega Boca y eso significa fiesta, que sería total si el Cervecero comienza con buen pie su actuación en la primera división.
 Boca quiso postergar o suspender el partido por todo lo que le pasó en Venezuela, aunque eso es prioritario del club de la ribera, que decidió hacer moneda afuera del país y tuvo que soportar los defectos de organización. Pero, Boca es Boca, y tiene plantel para asumir sus responsabilidades. Viene de ser finalista de la Copa Libertadores, quedó muy cerca del título en el torneo Clausura último y el miércoles 8 jugará con Racing en San Juan la final de la Copa Argentina. En síntesis, el elenco de Falcioni no tiene excusas. Además, si bien jugó su último partido el domingo pasado en Venezuela y debió esperar días para volver a Buenos Aires, tiene aire y espaldas para afrontar lo que viene.
 Desde Quilmes algunos memoriosos recordaron aquel equipo Cervecero que jugó en San Pablo y que debió quedarse en la ciudad brasileña dos días por el episodio de Leandro De Sábato, quien terminó detenido. Quilmes quiso postergar el partido con River en el Monumental, el Millonario no quiso y el Cervecero jugó con todo el cansancio a cuestas, sufriendo una dolorosa y previsible goleada.
 Aníbal Fernández dijo que si los hechos de esta vez no le pasaban a Boca y sí a Quilmes, seguramente el Xeneize no hubiera accedido a un eventual pedido de postergación. Asimismo, Boca llegará a este partido con dos días de entrenamiento y no el día anterior como le ocurrió a Quilmes en esa ocasión.

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