QUILMES VAPULEO A BOCA

Un brillante debut en Primera en su retorno a la división superior: Quilmes goleó a Boca por 3 a 0 con dos tantos de Cauteruccio y el restante de Pablo Garnier, en el partido jugado esta tarde en el Estadio Centenario. El Cervecero impuso condiciones desde el inicio y justificó la victoria a partir del tanto del uruguayo Cauteruccio. La posterior expulsión de Silva, por violenta falta, terminó por minar las fuerzas del visitante, que terminó sintiendo el golpe de sus últimos días, con partidos amistosos y odisea para volver a Buenos Aires. En el segundo tiempo Quilmes jugó a voluntad, superó a su rival y aumentó las cifras con los goles de Garnier y de Cauteruccio. Un excelente comienzo para el equipo de Omar De Felippe, que superó todos los pronósticos y que abrió una puerta grande a la esperanza. Con la gran base del torneo anterior, el Cervecero se plantó con seguridad en todas sus líneas. Contó en defensa con la seguridad de Trípodi -sólo tuvo un error que le pudo costar un gol-, con la eficacia de la línea de 4, que rayó a gran altura con el debutante Ismael Quilez, que tuvo fortaleza en Olivera y Carli y presencia en el uruguayo Goñi. Gran despliegue de Pablo Garnier, voluntad en el debutante Cobo, y calidad en Chirola Romero y Miguel Caneo, quien brilló con todas las luces. Y adelante, el uruguayo Cauteruccio marcó la diferencia con su velocidad, más la voluntad de Diz, quien apareció mucho mejor que en el pasado Nacional B. Enfrente estuvo un equipo desdibujado, que pareció sentir el cansancio de los días pasados y que nunca complicó las posibilidades del local. El gol de Cauteruccio, tras un rebote afortunado de Diz y una falla de Somoza abrió las diferencias, que se marcaron aún más cuando Silva cometió una torpeza y se ganó la tarjeta roja. El segundo tiempo fue todo Cervecero, que amplió las cifras. Boca intentó recuperar la diferencia pero no le alcanzó, falto de ideas, cansado y desdibujado. Desde la tribuna Cervecera surgió espontáneo el grito irónico de "Pone a Riquelme..." y todos los cantos propios de una victoria tan inesperada como festejada. Quilmes empezó haciendo pata ancha en primera y ahora espera visitar el sábado a las 16 a All Boys en Floresta. El Cervecero, que tuvo en el banco a Mansilla y Leandro Díaz -ingresaron promediando el complemento- dejó una gran imagen y más allá del hándicap que dio el Xeneize, la puerta de la esperanza está abierta, como para ilusionarse, eso sí, con bajo perfil y pensando cada partido como una final en la carrera a los 50 puntos, que sirven para quedarse en la categoría. Comenzar ganando y a Boca no es cosa de todos los días, superó todos los pronósticos y merece festejarse con una mayor cuota que la habitual, por la categoría y los pergaminos del rival. Boca quedó golpeado y el miércoles enfrentará a Racing por la final de la Copa Argentina. Habrá que ver qué pasa con el técnico Falcioni y estos jugadores que se bancaron demasiadas adversidades en los últimos días, pagando hoy un precio muy caro. Quilmes aprovechó la ocasión y ahora se prepara para demostrar en Floresta que lo de hoy no fue un espejismo. Con esta actitud, estas ganas y este compromiso seguramente podrá demostrar que está en el torneo para trascender.

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