Quilmes ya es de Primera y el acontecimiento se sigue disfrutando en la ciudad, en el país y en el mundo donde los hinchas Cerveceros expresan su satisfacción por el logro del equipo.
Atrás quedaron 38 fechas, con todos los avatares que significa jugar la Primera B Nacional, recorriendo todo el país.
Quilmes cerró su campaña con la enorme cantidad de 72 puntos con 20 victorias, 12 empates y apenas 6 derrotas (sólo dos en el Centenario, ante Desamparados, finalmente descendido y Rosario Central, que tendrá que jugar la promoción con San Martín de San Juan).
El equipo lo armó Ricardo Caruso Lombardi, apelando a jugadores sin cartel, en muchos casos llegados del Ascenso, que fueron ensamblando poco a poco hasta llegar a convertirse en animador del selecto grupo de los cuatro (junto a River, que llegaba a la categoría por primera vez en su historia, Instituto y Central).
Siempre corrió de atrás, por lo menos hasta la última fecha, a tal punto que en esta instancia decisiva dependía de que alguno de los dos de arriba se quedara en el camino y que incluso Central no ganara. Y se dio todo. Quilmes hizo lo que correspondía -ganó en Puerto Madryn con los goles de su máximo goleador, Cauteruccio, autor de 13- y se enancó a la oportunidad imprevista para terminar celebrando el merecido ascenso.
Instituto y Central se quedaron al final y tendrán el premio Consuelo de la Promoción (Central con los sanjuaninos de San Martín e Instituto con el problemático San Lorenzo.... de Caruso).
Aquí lo que vale es Quilmes, otra vez de Primera. Mientras Banfield pagaba los platos rotos de un club destruido por la dirigencia -sólo sumó 22 puntos sobre 114 posibles, es decir PERDIO 92 puntos- y tendrá que jugar en la Primera B Nacional -allá por el 78 Quilmes era campeón de Primera y el Taladro descendía-, el Cervecero disfruta de lo que significar ser de Primera.
La ciudad festejó como nunca, en el Estadio Centenario quienes vieron el partido en pantalla gigante lo disfrutaron sin duda, con una multitud, y eso se fue dando durante toda la noche hasta llegar a la madrugada del día siguiente cuando los futbolistas llegaron al Estadio.
Ahora es tiempo de seguir disfrutando, mañana será el momento de encarar las cosas para quedarse en Primera durante mucho tiempo, si es posible, siempre.
Atrás quedaron 38 fechas, con todos los avatares que significa jugar la Primera B Nacional, recorriendo todo el país.
Quilmes cerró su campaña con la enorme cantidad de 72 puntos con 20 victorias, 12 empates y apenas 6 derrotas (sólo dos en el Centenario, ante Desamparados, finalmente descendido y Rosario Central, que tendrá que jugar la promoción con San Martín de San Juan).
El equipo lo armó Ricardo Caruso Lombardi, apelando a jugadores sin cartel, en muchos casos llegados del Ascenso, que fueron ensamblando poco a poco hasta llegar a convertirse en animador del selecto grupo de los cuatro (junto a River, que llegaba a la categoría por primera vez en su historia, Instituto y Central).
Siempre corrió de atrás, por lo menos hasta la última fecha, a tal punto que en esta instancia decisiva dependía de que alguno de los dos de arriba se quedara en el camino y que incluso Central no ganara. Y se dio todo. Quilmes hizo lo que correspondía -ganó en Puerto Madryn con los goles de su máximo goleador, Cauteruccio, autor de 13- y se enancó a la oportunidad imprevista para terminar celebrando el merecido ascenso.
Instituto y Central se quedaron al final y tendrán el premio Consuelo de la Promoción (Central con los sanjuaninos de San Martín e Instituto con el problemático San Lorenzo.... de Caruso).
Aquí lo que vale es Quilmes, otra vez de Primera. Mientras Banfield pagaba los platos rotos de un club destruido por la dirigencia -sólo sumó 22 puntos sobre 114 posibles, es decir PERDIO 92 puntos- y tendrá que jugar en la Primera B Nacional -allá por el 78 Quilmes era campeón de Primera y el Taladro descendía-, el Cervecero disfruta de lo que significar ser de Primera.
La ciudad festejó como nunca, en el Estadio Centenario quienes vieron el partido en pantalla gigante lo disfrutaron sin duda, con una multitud, y eso se fue dando durante toda la noche hasta llegar a la madrugada del día siguiente cuando los futbolistas llegaron al Estadio.
Ahora es tiempo de seguir disfrutando, mañana será el momento de encarar las cosas para quedarse en Primera durante mucho tiempo, si es posible, siempre.
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