QUILMES, POR LA RECUPERACION

El fútbol son momentos, se sabe, y en la medida en que se aprovechan los resultados son positivos la mayoría de las veces.
Quilmes dejó toda la preocupación del mundo después de perder con un Central simple y eficaz, que le cerró los caminos, le quitó la pelota y lo dejó pedaleando en el aire.
Quilmes fue el culpable de la derrota porque no pudo recuperarse después del gol de los Canallas, por el penal de Martínez, que Patricio Loustau cobró acertadamente. Y a la hora de justificar la derrota, Quilmes debe ser el principal responsable de darse cuenta de su cuota de culpabilidad.
Pero siempre que pasan estos golpes, queda la necesidad de demostrar que fue solo un mal momento. El lunes el rival será este Patronato difícil -fue uno de los pocos que le ganó al líder Instituto- y el Cervecero, ahora de De Felippe, tendrá que mostrarse en otra actitud y con una estructura más enjundiosa.
Por eso el técnico ensaya cambios, apuntando a solidificar el medio y esperando que el equipo tenga la consistencia de aquel partido en Tucumán.
El torneo entra en su última recta de nueve fechas y no se pueden perder puntos si todavía se aspira al ascendo directo. Siempre queda el consuelo de estar entre los cuatro, para aspirar al menos a la Promoción.
Mañana hay un partido excluyente en el Monumental -River frente al puntero- y uilmes jugará con el conocimiento de ese resultado y del de Central, que también mañana recibe a Deportivo Merlo.
Se supone que Central ganará su compromiso y la gran incógnita pasa por saber qué ocurrirá entre el Millonario y la Gloria. ¿Cuál es el resultado que más conviene al Cervecero? La pregunta vale, descontando que Quilmes aprovechará su partido para recuperar espacio con los tres puntos en Paraná, porque un empate dejará al Cervecero con 55 puntos, o sea uno arriba de Central y uno abajo de River, mientras que Instituto quedaría con 60 unidades (todavía Quilmes debe visitar al cordobés).
Un triunfo de Instituto pondría a la Gloria muy cerca del gran objetivo del ascenso directo, y a la vez una victoria de River, acercaría al Millonario y le daría mayor condimento al torneo. Todo pensado con Quilmes victorioso, porque un empate Cervecero o una derrota lo alejará bastante de la plosibilidad del ascenso directo y lo obligará a poner todas las baterías por un lugar en la Promoción.
Quilmes se juega mucho en Paraná, y habrá que esperar que los futbolistas lo entiendan como para borrar la pálida imagen del lunes pasado.
Quilmes depende de Quilmes, jugadores y cuerpo técnico deben entendelo, más allá de los rivales y de los árbitros.
Vale destacar que difícilmente un árbitro haya terminado perjudicando al Cervecero. Por lo general, cuando el equipo perdió fue por haber jugado mal (prácticamente en los cinco encuentros en que cayó, el último y primero de este año, con Central).
Lo que queda: después de Patronato, Quilmes recibe a Chacarita. En la fecha siguiente visita a Desamparados de San Juan (le ganó al Cervecero en el Centenario), recibe a Defensa y Justicia en gran choque (los halcones ganaron en Varela), visita a Gimnasia en La Plata, recibe a Atlanta, visita a Instituto -el gran partido en Córdoba, esperando que Quilmes esté más cerca en ese momento del puntero-, recibe a Gimnasia de Jujuy y termina en Puerto Madryn con Brown. Son 27 puntos en juego. Se supone que con 16 entra en la Promoción y que con 20 logra el soñado ascenso directo.
Por ahora son todas especulaciones. La realidad, que es la única verdad, dice que el lunes el rival es Patronato. ¿Podrá el Decano retomar la senda de la victoria y del romance con el hincha?

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