QUILMES: RAYOS Y CENTELLAS

Parecía una escena del Rey Lear, la obra de Shakespeare, cuando el monarca implora al cielo y éste le replica con rayos y centellas.
El cielo quilmeño anoche era una panorámica fantasmagórica, con los refucilos luciendo por doquier, mientras se esperaba el fútbol en el Estadio Centenario.
Incluso en algún momento vino a la mente la posibilidad de la suspensión ("guarde la entrada por si se suspende" advirtió el control a los hinchas que habían sacado su ticket), porque los rayos hicieron recordar a aquel trágico episodio en Tandil, con la muerte del preparador físico de Racing, en medio de un entrenamiento bajo la lluvia y los rayos.
Pero el partido se jugó, con un temporal que acompañó solidariamente todo el primer tiempo, transformando el campo de juego en una zona acuosa, aunque vale destacar que el piso resistió sobremanera a tanta lluvia.
El segundo tiempo se jugó en mejores condiciones, y eso se tradujo en el juego. De todas maneras, no hubo goles, pero sí emociones.
Quilmes mereció ganar y casi pierde el partido (el árbitro ignoró un claro penal a Pereyra Díaz de Gastón Corvalán). En este jugada puntual, según el colega Ezequiel, debió cobrarse penal y amarilla a Corvalán (lo que hubiera significado la expulsión ya que el Mugre ya tenía amarilla).
En el balance el resultado fue una expresión del partido, donde sobraron intenciones pero faltaron ideas.
Ferro se jugó la vida, sus futbolistas terminaron extenuados y en el segundo tiempo abusaron de hacer tiempo, lo que justificó que el árbitro Rapallini agregara cinco minutos.

Cohetazos

Quienes ayer a eso de las 18 se acercaban a Lavalleja y Vicente López para sacar entradas, tuvieron que padecer un momento de incertidumbre y de desconcierto, con cohetazos, policías corriendo a simpatizantes cerveceros, y sensación de miedo. Así pudo verse a una señora correr despavorida hasta su camioneta, estacionada en el lugar, resbalar y caer pesadamente. Como pudo se levantó, se metió en el coche y partió raudamente.
Eso se tradujo luego en la tribuna popular, que por momentos pareció tener gente y posteriormente quedó reducida en forma considerable. ¿Qué pasó? se preguntaba la gente de la platea, aunque algunos informados hablaban de internas cerveceras. En fin..

Lo que viene

Quilmes quedó cuarto solo en este lote de candidatos al ascenso, a cuatro puntos del líder, Instituto, a tres de River y a uno de Central.
En la próxima fecha Quilmes visita a Huracán, Instituto a Desamparados de San Juan y River a Gimnasia en el bosque. Central recibe a Boca Unidos, de Corrientes.
Vale destacar que restan 13 fechas, es decir hay 39 puntos en juego, y mucha agua puede correr bajo el puente. Un torneo de 13 fechas en el que los puntos cuentan porque no hay recuperación.
Los que aspiran a sacar de ese lote privilegiado a los cuatro, son Gimnasia con 39 puntos, Defensa con 38, Aldosivi con 37, Boca Unidos con 36, Ferro con 35 y Almirante Brown con 34. Más abajo, con menos chances, Atlético Tucumán con 32, Patronato y Huracán con 31.
Próxima fecha: Aldovisi-Independiente Rivadavia (Mendoza); Rosario Central-Boca Unidos; Patronato-Brown de Madryn; Chacarita-Gimnasia de Jujuy; Desamparados-Instituto; Gimnasia (LP)-River; Defensa-Atlanta; Ferro-Deportivo Merlo; Huracán-Quilmes y Atlético Tucumán-Almirante Brown.

Algo de Abal

El árbitro más mencionado periodísticamente estos días es quilmeño. Diego Abal está sufriendo los efectos de un grave error en el gol de Colón, incluso su familia ha sido amenazada, como lo reconoció su hermano Pablo. Diego vive en Quilmes Oeste, se equivocó es cierto pero no merece tanto maltrato. En todo caso, muchos de los que se ensañan con este árbitro internacional tendrían que hacer autocrítica... Por aquello de que "el que esté libre de culpa... que tire la primera piedra".

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