ABAL, LA PERSONALIDAD DE UN ARBITRO

¿Se equivocó o no? ¿Convalidó el gol del Chino Garcé en forma acertada? Desde el momento en que el árbitro Diego Abal decidió que el gol de Colón era correcto, se armó la polémica.
Desde la tranquilidad de la butaca del televisor, evidentemente es muy fácil decir que era off side o no porque habilitó Palomino, de San Lorenzo, con un cabezazo a Higuaín.
El juez de línea levantó la bandera, el árbitro nunca lo convalidó y decidió que siguiera la jugada, con el centro que conectó Garcé con mucha displicencia, como queriendo sacarse la pelota de encima porque entendía que la jugada no valía. Al segundo se dio cuenta de que el árbitro habilitaba y festejó.
Así el partido entre Colón y San Lorenzo terminó 1 a 1, y la gente del Santo se fue masticando la bronca, insultando al árbitro y haciéndole difícil la salida del campo de juego.
Seguramente a partir de hoy se escribirán ríos de tinta, los programas deportivos se encargarán de pasar la jugada una y mil veces, etcétera.
Pero lo que debe quedar como saldo es la valentía del árbitro, que mantuvo su fallo -aunque se haya equivocado- incluso contra su colaborador, que había levantado la bandera.
Cuando Abal salió del campo de juego fue a buscar a su colaborador, como queriéndole decir que se hacía cargo de su decisión, porque debe entenderse que en este juego el árbitro principal es el que decide, los demás son colaboradores.
Se sabe que San Lorenzo pelea el descenso, que su campaña es poco feliz, pero también debe entenderse en este "fútbol para todos" que Abal, como árbitro, defendió su decisión. El debe tomar una resolución en décimas de segundos y en todo momento mantuvo la idea de que no había posición adelantada, en todo caso que el cabezazo de Palomino, de San Lorenzo, habilitaba a Higuaín.
PD: alguna vez se tendrá que entender que los valores, los principios, la autoridad deben ser respetados. Y en este caso, más que nunca debe justificarse la decisión de Abal porque cobró lo que entendió debía sancionar, sin dejarse llevar por el entorno, el momento del Santo e incluso, la bandera levantada de su colaborador (que rápidamente la bajó ante el gesto del propio Abal de decidir la continuidad de la jugada).
San Lorenzo debe entender que la permanencia en primera es un camino tortuoso, y sobreponerse a lo que supone ha sido una adversidad.
Diego Abal tiene personalidad, podrá criticarse su decisión pero nadie podrá poner en tela de juicio el hecho de hacerse cargo de su condición de árbitro.
Para quienes lo conocen, deben recordar que no es la primera vez que muestra esa personalidad. Alguna vez fue uno de los pocos árbitros -uno de ellos fue el quilmeño Marcelo Azpiolea- que avaló las críticas de Javier Castrilli al conductor de la Escuela de Arbitros, señor Romo, cuando éste quiso imponer a los hombres de negro una premisa de que miraran la camiseta antes de tomar una decisión, lo que generó profundas críticas de Castrilli y finalmente, su ida del arbitraje.

Comentarios