Quilmes derrotó ayer a Boca Unidos por 2 a 1 -goles de Mandarino y Cauteruccio, Nuñez para los correntinos- y se ubicó como escolta a un punto de los líderes, River, Central e Instituto de Córdoba.
El Cervecero pasó con éxito una prueba difícil, ante un excelente rival, que por buenos fundamentos está encaramado en la tabla.
Todo le salió bien a Quilmes. Tuvo una defensa prácticamente nueva y todos respondieron. Porque Mandarino fue la gran figura -inclusó abrió el marcador con un cabezazo-, la zaga central de Wilfredo Olivera y Joel Carli respondió con acierto y Corvalán mantuvo el nivel de siempre.
Lógicamente, no iba a ser fácil superar el escollo, porque Boca Unidos tiene un equipo con mucha experiencia, que sabe lo que quiere, que juega bien y que demostró oficio.
Incluso, si bien la pasó mal en la primera etapa, también tuvo lo suyo, obligando a Trípodi a lucirse cuando fue llamado a intervenir.
El gol de Mandarino abrió la cuenta -empalmando de cabeza en una jugada de pelota parada-, Quilmes pudo aumentar en ese lapso pero llegó sobre el final una jugada increíble, porque un rechazo de un defensor quilmeño, le rebotó a Garnier, habilitó a un rival y tras el centro de Patricio Pérez, el Ogro Nuñez de cabeza igualó.
Existía incertidumbre por lo que podría ocurrir en el complemento. Había que saber de qué manera se iba a recuperar el local del golpe del último minuto del tiempo anterior. Y he aquí lo bueno: Quilmes siguió buscando, se lo perdió Mansilla, y sobre el cuarto de hora llegó el segundo. Corrida de Telechea, Caneo y finalmente concretó Cuateruccio.
De ahí en más Quilmes pudo mantener el resultado, aunque Boca Unidos tuvo más tiempo el balón y pudo generar alguna inquietud. En todo caso aparecieron algunos fantasmas propios de esos partidos en que el rival -vale repetir, que demostró condiciones- trató de igualar. Y en esas últimas pelotas, como la que no logró retener Trípodi, y el centro sobre el área que hizo contener la respiració a más de un hincha.
Quilmes ganó con justicia, con una nueva victoria, que lo ubicó en un lugar expectante.
Fue un gran partido y con el resultado favorable, sin duda se justifica la ilusión de los hinchas quilmeños, que seguramente irán en buena cantidad en la visita a Almirante Brown.
Precisamente, el viernes el rival será el Almirante Brown, de Blas Giunta, en un reducto difícil como siempre es el de Isidro Casanova, el viernes 17 a las 17.
Selectivo
Como aperitivo se jugó un partido entre los selectivos de Gimnasia y Quilmes, que ganó el Tripero sobre el final. Quedó como saldo la buena labor del arquero quilmeño, Caro, que al ser reemplazado se ganó los aplausos de los hinchas.
El Cervecero pasó con éxito una prueba difícil, ante un excelente rival, que por buenos fundamentos está encaramado en la tabla.
Todo le salió bien a Quilmes. Tuvo una defensa prácticamente nueva y todos respondieron. Porque Mandarino fue la gran figura -inclusó abrió el marcador con un cabezazo-, la zaga central de Wilfredo Olivera y Joel Carli respondió con acierto y Corvalán mantuvo el nivel de siempre.
Lógicamente, no iba a ser fácil superar el escollo, porque Boca Unidos tiene un equipo con mucha experiencia, que sabe lo que quiere, que juega bien y que demostró oficio.
Incluso, si bien la pasó mal en la primera etapa, también tuvo lo suyo, obligando a Trípodi a lucirse cuando fue llamado a intervenir.
El gol de Mandarino abrió la cuenta -empalmando de cabeza en una jugada de pelota parada-, Quilmes pudo aumentar en ese lapso pero llegó sobre el final una jugada increíble, porque un rechazo de un defensor quilmeño, le rebotó a Garnier, habilitó a un rival y tras el centro de Patricio Pérez, el Ogro Nuñez de cabeza igualó.
Existía incertidumbre por lo que podría ocurrir en el complemento. Había que saber de qué manera se iba a recuperar el local del golpe del último minuto del tiempo anterior. Y he aquí lo bueno: Quilmes siguió buscando, se lo perdió Mansilla, y sobre el cuarto de hora llegó el segundo. Corrida de Telechea, Caneo y finalmente concretó Cuateruccio.
De ahí en más Quilmes pudo mantener el resultado, aunque Boca Unidos tuvo más tiempo el balón y pudo generar alguna inquietud. En todo caso aparecieron algunos fantasmas propios de esos partidos en que el rival -vale repetir, que demostró condiciones- trató de igualar. Y en esas últimas pelotas, como la que no logró retener Trípodi, y el centro sobre el área que hizo contener la respiració a más de un hincha.
Quilmes ganó con justicia, con una nueva victoria, que lo ubicó en un lugar expectante.
Fue un gran partido y con el resultado favorable, sin duda se justifica la ilusión de los hinchas quilmeños, que seguramente irán en buena cantidad en la visita a Almirante Brown.
Precisamente, el viernes el rival será el Almirante Brown, de Blas Giunta, en un reducto difícil como siempre es el de Isidro Casanova, el viernes 17 a las 17.
Selectivo
Como aperitivo se jugó un partido entre los selectivos de Gimnasia y Quilmes, que ganó el Tripero sobre el final. Quedó como saldo la buena labor del arquero quilmeño, Caro, que al ser reemplazado se ganó los aplausos de los hinchas.
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