Quilmes empató ayer 1 a 1 con el puntero Instituto, y 24 horas después, vale la pena analizar más friamente todo lo que pasó en la noche del Centenario.
El Cervecero debió jugar su mejor encuentro al menos en su casa en todo lo que va del torneo, y dejó una imagen más que auspiciosa de cara al futuro.
Para los resultadistas pudo ser "un bajón" el hecho que no se haya logrado una victoria, que hubiese ubicado al Cervecero a dos puntos de los cordobeses, encaramándolo en la tabla, teniendo en cuenta que resta sólo una fecha este año.
Pero no fue así, y el empate sirve para lamentarse por los dos puntos perdidos, en el mejor partido quilmeño de todos los que jugó.
Debió ganar pero no ligó, en todo caso el madero le negó la conquista dos veces y fueron muchas las ocasiones que desperdició el local, como para terminar con una victoria que mereció más que nunca.
Sin embargo, fue reparto de puntos, un resultado tan injusto como brillante fue la producción quilmeña.
El propio técnico Ricardo Caruso se encargó de decirlo por radio: jugamos el mejor partido del torneo... Y hay que repetir que enfrente estaba el mejor equipo del torneo, al menos en cuanto a campaña, números, etcétera, aunque en esta oportunidad fue literalmente borrado por Quilmes.
Instituto sólo apareció al principio, y concretó el gol de Lagos, y luego se encargó de defender. En la primera etapa tuvo una oportunidad más -el delantero remató a las manos de Trípodi, en gran contraataque en que Quilmes quedó mal parado- y en la segunda, prácticamente no cruzó la mitad de la cancha.
Este empate, con sabor a victoria, debe servir de estímulo para ir a Jujuy a buscar los tres puntos que ayer se diluyeron por falta de precisión.
De todas maneras, queda la buena lectura de lo bueno de este Quilmes, que ayer jugó como candidato. Tendrá que mantener las intenciones y la voluntad, porque jugando así va a ganar muchos más partidos de los que va a empatar o perder.
El Mono
La nota de color la dio en el entretiempo el Mono del grupo Kapanga, cantando Alma los Blanco y recibiendo la ovación desde las tribunas.
El Cervecero debió jugar su mejor encuentro al menos en su casa en todo lo que va del torneo, y dejó una imagen más que auspiciosa de cara al futuro.
Para los resultadistas pudo ser "un bajón" el hecho que no se haya logrado una victoria, que hubiese ubicado al Cervecero a dos puntos de los cordobeses, encaramándolo en la tabla, teniendo en cuenta que resta sólo una fecha este año.
Pero no fue así, y el empate sirve para lamentarse por los dos puntos perdidos, en el mejor partido quilmeño de todos los que jugó.
Debió ganar pero no ligó, en todo caso el madero le negó la conquista dos veces y fueron muchas las ocasiones que desperdició el local, como para terminar con una victoria que mereció más que nunca.
Sin embargo, fue reparto de puntos, un resultado tan injusto como brillante fue la producción quilmeña.
El propio técnico Ricardo Caruso se encargó de decirlo por radio: jugamos el mejor partido del torneo... Y hay que repetir que enfrente estaba el mejor equipo del torneo, al menos en cuanto a campaña, números, etcétera, aunque en esta oportunidad fue literalmente borrado por Quilmes.
Instituto sólo apareció al principio, y concretó el gol de Lagos, y luego se encargó de defender. En la primera etapa tuvo una oportunidad más -el delantero remató a las manos de Trípodi, en gran contraataque en que Quilmes quedó mal parado- y en la segunda, prácticamente no cruzó la mitad de la cancha.
Este empate, con sabor a victoria, debe servir de estímulo para ir a Jujuy a buscar los tres puntos que ayer se diluyeron por falta de precisión.
De todas maneras, queda la buena lectura de lo bueno de este Quilmes, que ayer jugó como candidato. Tendrá que mantener las intenciones y la voluntad, porque jugando así va a ganar muchos más partidos de los que va a empatar o perder.
El Mono
La nota de color la dio en el entretiempo el Mono del grupo Kapanga, cantando Alma los Blanco y recibiendo la ovación desde las tribunas.
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