Una nueva Navidad, esta vez especial, con el recuerdo de mamá Pastora, esperando la vuelta de Flor y soñando con un país mejor.
El mensaje de Pablo, que llega indefectiblemente todos los años, habla lo de siempre, que no por repetido deja de ser importante.
Un mundo que se aleja de Dios, y los transforma en aquel famoso becerro de oro.
Un mundo que separa a los seres humanos, con el dios dinero como eje fundamental, dejando de lado la solidaridad y el respeto por el otro.
Ojalá esta Navidad en este querido país argentino sirva para comprender como nunca el mensaje de Cristo de hace dos mil años. Vino para demostrar que hay un mundo posible, donde el otro sea considerado como uno y no como un enemigo.
Dios está con nosotros, se hace hombre para nacer en un pesebre y demostrar que el hijo de Dios nació pobre de riquezas materiales, pero rico de espíritu. Un mensaje que después de veinte siglos es más importante que nunca.
El mensaje de Pablo, que llega indefectiblemente todos los años, habla lo de siempre, que no por repetido deja de ser importante.
Un mundo que se aleja de Dios, y los transforma en aquel famoso becerro de oro.
Un mundo que separa a los seres humanos, con el dios dinero como eje fundamental, dejando de lado la solidaridad y el respeto por el otro.
Ojalá esta Navidad en este querido país argentino sirva para comprender como nunca el mensaje de Cristo de hace dos mil años. Vino para demostrar que hay un mundo posible, donde el otro sea considerado como uno y no como un enemigo.
Dios está con nosotros, se hace hombre para nacer en un pesebre y demostrar que el hijo de Dios nació pobre de riquezas materiales, pero rico de espíritu. Un mensaje que después de veinte siglos es más importante que nunca.
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