Se llama Víctor Piriz Alvez, un delantero uruguayo que fue la figura del triunfo de Defensa sobre Quilmes -autor de los dos goles- y que manda en el Pichichi del Nacional B.
Recurriendo al arcón de los recuerdos, una nota del periodista Ernesto Tenembaum de la Revista Veintitres, del 14 de setiembre de 2006, habla del "plateísta Fernández", y cuenta que el entonces jefe de gabinete de ministros, Alberto Fernández, famoso hincha de Argentinos Juniors, estaba preocupado por la llegada precisamente del delantero uruguayo a su club.
"En el 2004 fue comprado por ese equipo y el plateísta lo esperó ilusionado. Pero en el primer partido no hizo ningún gol, tampoco en el segundo, ni en el tercero, ni en el cuarto. El plateísta no aguantó más y esperó a Osvaldo Chiche Sosa, técnico de Argentinos Juniors en el vestuario y le preguntó por qué lo seguía poniendo. "Nos costó un fangote y no hace un solo gol. Sosa estuvo más paciente que de costumbre. Le explicó que, aunque no hiciera goles, la sola presencia del delantero distraía a dos o tres defensores del otro equipo, es decir, abría espacios para que fuera otro el que metiera el gol".
Agrega el periodista que "en muchas conversaciones con periodistas, Alberto Fernández ha utilizado esa anécdota para explicar que los observadores no siempre entienden la lógica de un juego como los protagonistas. La metáfora de la platea, a decir verdad, lo obsesiona... A veces ha dicho me siento como un jugador de fútbol: el número cinco de un equipo que lucha como puede para ganar un partido. El tipo traspira, recibe piñas, patadas, deja todo en la cancha y encima, tiene que soportar que un plateísta lo insulte todo el tiempo, mientras come un paty con mayonesa".
Viene a cuento esta anécdota, porque el propio Piris Alvez la debe sentir más que nunca como propia. Porque cinco años más tarde de esa publicación, hoy en Varela concreta lo que hace un lustro le criticaba el entonces jefe de gabinete del gobierno nacional.
Y un técnico con experiencia como Chiche Sosa actuaba con una filosofía propia de quien ve más allá, porque Piriz Alves le arrastraba marcas para que los otros hicieron los goles. Hoy los goles los hace el uruguayo, porque él ha tenido la paciencia necesaria de saber que todo se hace en su medida y armoniosamente.
¿Qué dirá hoy Alberto Fernandez del goleador del Halcón?¿Se habrá animado a "recordárselo" a su homónimo, si el que hoy ocupa ese lugar en el gobierno y que preside el club al que el uruguayo le hizo los goles ayer?
Recurriendo al arcón de los recuerdos, una nota del periodista Ernesto Tenembaum de la Revista Veintitres, del 14 de setiembre de 2006, habla del "plateísta Fernández", y cuenta que el entonces jefe de gabinete de ministros, Alberto Fernández, famoso hincha de Argentinos Juniors, estaba preocupado por la llegada precisamente del delantero uruguayo a su club.
"En el 2004 fue comprado por ese equipo y el plateísta lo esperó ilusionado. Pero en el primer partido no hizo ningún gol, tampoco en el segundo, ni en el tercero, ni en el cuarto. El plateísta no aguantó más y esperó a Osvaldo Chiche Sosa, técnico de Argentinos Juniors en el vestuario y le preguntó por qué lo seguía poniendo. "Nos costó un fangote y no hace un solo gol. Sosa estuvo más paciente que de costumbre. Le explicó que, aunque no hiciera goles, la sola presencia del delantero distraía a dos o tres defensores del otro equipo, es decir, abría espacios para que fuera otro el que metiera el gol".
Agrega el periodista que "en muchas conversaciones con periodistas, Alberto Fernández ha utilizado esa anécdota para explicar que los observadores no siempre entienden la lógica de un juego como los protagonistas. La metáfora de la platea, a decir verdad, lo obsesiona... A veces ha dicho me siento como un jugador de fútbol: el número cinco de un equipo que lucha como puede para ganar un partido. El tipo traspira, recibe piñas, patadas, deja todo en la cancha y encima, tiene que soportar que un plateísta lo insulte todo el tiempo, mientras come un paty con mayonesa".
Viene a cuento esta anécdota, porque el propio Piris Alvez la debe sentir más que nunca como propia. Porque cinco años más tarde de esa publicación, hoy en Varela concreta lo que hace un lustro le criticaba el entonces jefe de gabinete del gobierno nacional.
Y un técnico con experiencia como Chiche Sosa actuaba con una filosofía propia de quien ve más allá, porque Piriz Alves le arrastraba marcas para que los otros hicieron los goles. Hoy los goles los hace el uruguayo, porque él ha tenido la paciencia necesaria de saber que todo se hace en su medida y armoniosamente.
¿Qué dirá hoy Alberto Fernandez del goleador del Halcón?¿Se habrá animado a "recordárselo" a su homónimo, si el que hoy ocupa ese lugar en el gobierno y que preside el club al que el uruguayo le hizo los goles ayer?
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