QUILMES: EL DIA DESPUES

Hoy se puede analizar todo lo que ha pasado ayer, y hacer un comentario de cara al futuro.
Quilmes no sólo cayó en casa con Desamparados, jugando el peor partido del año -dichos del técnico Caruso- sino que abrió una puerta enorme de interrogantes de cara al futuro. Si hasta parece que el triunfo de una semana atrás en Chacarita quedó sepultado en el recuerdo, esos triunfos importantes que se diluyen rápidamente, máxime con una actuación como la de ayer.
Porque se jugó mal, faltó actitud, no salió una, y el equipo terminó siendo un manojo de nervios, justificando los silbidos y el murmullo de las plateas, que hasta derivaron en situaciones alocadas como el cruce entre Caruso y algunos plateístas.
El técnico se la tomo con Alberto Burri, el ex director de FM SUR, hombre de la línea interna Rojo punzó, acusándolo de ser el principal "insultador". Habrá que ver si Caruso conoce a Burri, si sabe de su rostro o si se guió por alguno de estos informantes que pasan factura, y le echan la culpa al que pertenece al bando de enfrente, dentro de las líneas internas del club.
Lo cierto es que por la propia FM Sur, Caruso se despacho de esa manera y hasta se convirtio en una especie de justicieron a su manera porque dijo que si lo puteaban él también lo hacía, y si le peleaban, lo mismo.
En ese clima terminó un partido que significó mucho más que la pérdida de tres puntos, por más que sea la primera derrota en casa y la primera con público (antes con Boca Unidos y Ferro fue sin simpatizantes Cerveceros).
Lamentablemente, todo esto ha ocurrido en la semana previa al partido con Defensa y Justicia, un encuentro al que algunos le adjudican el mote de clásico y otros lo desconocen, sobre todo porque la rivalidad entre ambos se fue gestando en los últimos tiempos cuando se vieron las caras en el Nacional B, y se sabe, que desde Varela, al menos, siempre miran en qué fecha les toca jugar con el Cervecero, en este caso el sábado a las 17 en el Tito Tomaghello.
Quilmes tiene esta semana para plantearse un cambio de cara, actitud, etcétera, para revertir el rostro demacrado que dejó ayer, y sobre todo para recuperar la posibilidad de creer en sus posibilidades, y asimismo, de saber para que está el equipo en esta parte del torneo.
El Cervecero, con 20 puntos, sigue cuarto (aunque comparte ese lugar con Boca Unidos, que con solo empatar mañana con Atlanta lo desplazara de ese sitio de Promocion), pero desperdicio una gran ocasion de acercarse a Instituto (empato en Madryn y ahora esta puntero junto a River con 26 puntos) y de seguir pensando en mirar el torneo en la zona del protagonismo.
Quilmes dejó demasiadas dudas y preocupaciones después de lo de ayer, quizás sea uno de esos tantos partidos que en un torneo se dan, en que no sale ninguna y donde un rival, a priori inferior, se agranda y aprovecha las debilidades del rival para arruinarle el estofado. Y aunque al amigo Leocata no le gusta, aquí volvió a prevalecer el pensamiento de Dante Panzeri, cuando habló de fútbol como dinámica de lo impensado. Es cierto que eso se ha reducido bastante en estos tiempos de un fútbol tan mediocre, pero de vez en cuando la máxima panzeriana se cumple, y ayer fue el mejor ejemplo.
Quedan estos días para ver de qué manera Caruso y compañia recompone todo lo que se destruyó, incluido ese clima enrarecido, política mediante en un club en el que un contador ha dicho sin ponerse colorado en una asamblea de representantes que no podía dar a conocer los acreedores porque se podían enterar las mujeres de lo que habían hecho sus hombres, que un flaco favor le hace al decano del futbol argentino, el club que dentro de 20 días cumplirá 124 años.
En fin, los futbolistas son concientes del papelón que produjeron, sólo ellos y el cuerpo técnico pueden revertir esta página negativa, este paso atrás tan evidente, porque éste es un torneo largo -en realidad muchos certámenes en uno sólo interminable- y siempre hay que tener personalidad para superar las propias falencias.

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