Tarde noche de fútbol en el Centenario. Desde las 19.10, Quilmes recibe a Gimnasia y Esgrima La Plata por una nueva fecha de la Primera B Nacional, con el arbitraje de Federico Beligoy.
El técnico Cervecero, Ricardo Caruso Lombardi, armó un equipo diferente, con la salida de Caneo y de otros jugadores, con una formación más ofensiva pero el riesgo de saber si el medio podrá contrarrestar lo que proponga el tripero.
El riesgo de Caruso es enorme, porque una nueva derrota podrá poner en discusión su continuidad.
Quilmes irá con Trípodi; Serrano, Martínez, Aguero, Corvalán; Diaz, Garnier y Mansilla; Cauteruccio, Diz y Telechea. Esto significa tres delanteros para tratar de romper el maleficio de la falta de gol.
Una de las cosas que resulta una incógnita es la respuesta de la gente después de las dos derrotas anteriores, ante Desamparados en Quilmes y frente a Defensa en Varela.
Caruso lo sabe, si el equipo no responde, la gente comenzará a impacientarse y no sería extraño que vuelva a producir algún diálogo no agradable con esa famosa platea (ya en el partido con Desamparados eso estalló).
Lo importante será que Caruso, soldado de mil batallas, no se preste a responder a quienes gritan, porque esos son los avatares del fútbol y responder es avivar el fuego con nafta.
Quilmes necesita ganar, pero más que nada, demostrar que puede recuperarse de los últimos traspiés con una buena recuperación.
El técnico Cervecero, Ricardo Caruso Lombardi, armó un equipo diferente, con la salida de Caneo y de otros jugadores, con una formación más ofensiva pero el riesgo de saber si el medio podrá contrarrestar lo que proponga el tripero.
El riesgo de Caruso es enorme, porque una nueva derrota podrá poner en discusión su continuidad.
Quilmes irá con Trípodi; Serrano, Martínez, Aguero, Corvalán; Diaz, Garnier y Mansilla; Cauteruccio, Diz y Telechea. Esto significa tres delanteros para tratar de romper el maleficio de la falta de gol.
Una de las cosas que resulta una incógnita es la respuesta de la gente después de las dos derrotas anteriores, ante Desamparados en Quilmes y frente a Defensa en Varela.
Caruso lo sabe, si el equipo no responde, la gente comenzará a impacientarse y no sería extraño que vuelva a producir algún diálogo no agradable con esa famosa platea (ya en el partido con Desamparados eso estalló).
Lo importante será que Caruso, soldado de mil batallas, no se preste a responder a quienes gritan, porque esos son los avatares del fútbol y responder es avivar el fuego con nafta.
Quilmes necesita ganar, pero más que nada, demostrar que puede recuperarse de los últimos traspiés con una buena recuperación.
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