Otra vez Sergio Maravilla Martínez deslumbró y derrotó por nocaut en el undécimo round al británico Darren Baker, reteniendo el cetro mundial Diamante del Consejo Mundial de Boxeo.
El quilmeño debió esforzarse para quedarse con la victoria ante un rival que le duró mucho más de lo pensado pero que terminó sucumbiendo ante la superioridad del pugilista argentino.
Sergio Martínez nació en Avellaneda pero se radicó con su familia en Quilmes desde muy pequeño, y en la ciudad desarrolló sus pininos pugilísticos, con sus tíos, los entrenadores Paniagua.
En la Argentina fue escalando posiciones, hasta que llegó un momento en que el país le quedó chico, y decidió jugarse por un nuevo horizonte.
El desafío fue irse a Europa, concretamente a España, donde se relacionó con su entonces colega, Pablo Sarmiento, quien lo albergó en Madrid y le fue dando el apoyo necesario para ir creciendo en su nivel y en el ránking.
Hoy Maravilla es un número uno, y a pesar de sus 36 años -nació el 25 de febrero de 1975- tiene mucha cuerda de cara al futuro.
Hay una pelea que tiene entre ceja y ceja, contra el filipino Manny Pacquiao, quien siempre ha eludido enfrentarse con el argentino, aunque podría concretarse el año próximo. También existe la posibilidad de medirse con Floyd Mayweather Jr.
El entrenador de Maravilla, Pablo Sarmiento, se mostró muy satisfecho con la producción de su pupilo y auguró que el año próximo puedan llegar esos combates estelares que terminen por consolidar la gran carrera de Sergio.
Allá lejos y hace tiempo quedó la época de entrenamiento de Maravilla en el club Juventud Unida de Bernal, cuando todos estos sueños eran sólo una ilusión.
Alguna vez dijo que tuvo que optar entre el fútbol y el boxeo, pero que se decidió por el deporte de los puños, llevado por la familia. Curiosa similitud con su rival de esta madrugada, el inglés quien aseguró que es fana del Chelsea y que alguna vez tuvo que decidir entre ser futbolista y boxeador.
Ah! Maravilla es fanático del Quilmes AC, llevando a Quilmes como portavoz en toda presentación.
El quilmeño debió esforzarse para quedarse con la victoria ante un rival que le duró mucho más de lo pensado pero que terminó sucumbiendo ante la superioridad del pugilista argentino.
Sergio Martínez nació en Avellaneda pero se radicó con su familia en Quilmes desde muy pequeño, y en la ciudad desarrolló sus pininos pugilísticos, con sus tíos, los entrenadores Paniagua.
En la Argentina fue escalando posiciones, hasta que llegó un momento en que el país le quedó chico, y decidió jugarse por un nuevo horizonte.
El desafío fue irse a Europa, concretamente a España, donde se relacionó con su entonces colega, Pablo Sarmiento, quien lo albergó en Madrid y le fue dando el apoyo necesario para ir creciendo en su nivel y en el ránking.
Hoy Maravilla es un número uno, y a pesar de sus 36 años -nació el 25 de febrero de 1975- tiene mucha cuerda de cara al futuro.
Hay una pelea que tiene entre ceja y ceja, contra el filipino Manny Pacquiao, quien siempre ha eludido enfrentarse con el argentino, aunque podría concretarse el año próximo. También existe la posibilidad de medirse con Floyd Mayweather Jr.
El entrenador de Maravilla, Pablo Sarmiento, se mostró muy satisfecho con la producción de su pupilo y auguró que el año próximo puedan llegar esos combates estelares que terminen por consolidar la gran carrera de Sergio.
Allá lejos y hace tiempo quedó la época de entrenamiento de Maravilla en el club Juventud Unida de Bernal, cuando todos estos sueños eran sólo una ilusión.
Alguna vez dijo que tuvo que optar entre el fútbol y el boxeo, pero que se decidió por el deporte de los puños, llevado por la familia. Curiosa similitud con su rival de esta madrugada, el inglés quien aseguró que es fana del Chelsea y que alguna vez tuvo que decidir entre ser futbolista y boxeador.
Ah! Maravilla es fanático del Quilmes AC, llevando a Quilmes como portavoz en toda presentación.
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