QUILMES: GANAR Y NADA MAS

Quilmes volvió a la victoria: derrotó a Huracán por 2 a 0, con goles de Facundo Diz y Miguel Caneo en el segundo tiempo.
El triunfo rompió una estadística de 23 años sin triunfos en Quilmes, lo que de por sí es meritorio para el equipo de Ricardo Caruso Lombardi.
Pero difícilmente el triunfo sirva para tapar la actuación quilmeña, que no fue buena, sobre todo en el primer tiempo.
En esa etapa, mediocre por cierto, hubo una leve superioridad del visitante, aunque sin inquietar demasiado a la valla defendida por Dulcich.
Quilmes no tuvo volumen de juego en el medio, y mostró algunas falencias defensivas, que no le costaron caro porque Huracán no lastimó.
En el medio el Cervecero tuvo los mayores problemas, sobre todo por la errática posición de Mansilla, la incomodidad de Caneo, la flojedad de Rimoldi y la voluntad sin ideas de Garnier.
Eso contagió al ataque, que careció de claridad, con un Cauteruccio, alejado de su mejor nivel y con un debutante Diz, que no encontraba el camino para hacer valer su potencia física.
El complemento parecía destinado a repetir la historia, aunque Quilmes apareció más decidido, y de entrada nomás malogró la ocasión Cauteruccio.
Huracán se quedó con 10 y eso pareció facilitar el camino quilmeño a la victoria, porque, después de una jugada electrizante, con cabezazo de Martínez primero y la arremetid de Diz luego abrió el resultado. Enseguida Quilmes logró el segundo, con una jugada de pelota parada que desvió con la cabeza Caneo, descolocando a Monzón.
Ahí se planchó el partido, porque Huracán no pudo quebrar al Cervecero, salvo una acción que terminó un remate que terminó apenas desviado, e incluso Quilmes pudo aumentar las cifras, destacándose una oportunidad propicia malograda por Caneo.
En suma, ganó Quilmes, pero no lució. Mostró algunas fallas que deberá corregir el técnico de cara a lo que viene -el viernes 30 visita a Aldosivi en Mar del Plata-, de todas maneras el resultado vale para encarar el futuro con otro rostro.
Los empates con River y Merlo, y la caída con Ferro en Caballito, amén de los problemas de sueldos adeudados, habían creado un clima nada saludable. Se necesitaban los tres puntos, los que deben ser capaces de tranquilizar las aguas, para tomar la semana próxima con un trabajo pleno de entusiasmo, pensando que si se corrigen algunas cosas, se podrá volver a un buen nivel.
Para eso, debe tomarse esta victoria sólo con el valor de tal logro, sin dejarse llevar por un falso optimismo, porque la realidad es que se cometieron muchos errores, los que en otro partido pueden costar caro.

Presencias

Ver el partido desde la platea tiene sus cosas. En esa platea estaba, por ejemplo, Daniel Bertoni, el quilmeño que se inició en el Cervecero y que luego pasó por Independiente -conformó una gran dupla con Bochini-, el Sevilla, el Nápoli y la selección argentina (fue el autor del gol decisivo en la victoria sobre Holanda en la final del mundial jugado en nuestro país).
También se vio al ex técnico de Quilmes, Roberto Rogel y al ex futbolista quilmeño, Jorge Gissi.
Volvió a desplegarse en la tribuna popular el inmenso trapo del Quilmes AC, que abarcó toda la tribuna.
Detrás del arco, en la tribuna popular, una bandera era clara: dejénse de pedir plata y pongan más huevos.
Quilmes llevó una buena concurrencia al estadio, a pesar del frío, de jugarse de noche, de ser un partido televisado, etcétera. En el caso de Huracán la concurrencia fue bastante poca.
Pompei arbitró en forma aceptable, aunque quedó la duda en la expulsión del jugador de Huracán. Los futbolistas del globo le protestaron la decisión, arguyendo que la falta de tarjeta amarilla la había cometido otro jugador, no el expulsado.

Comentarios