Siempre es bueno empezar ganando en casa. Quilmes derrotó a Almirante Brown 2 a 0 anoche en el Centenario, con los goles de Claudio Corvalán y de Sebastián Martínez.
Quilmes venía de perder en Corrientes con Boca Unidos y necesitaba una victoria para calmar las ansiedades que siempre produce una derrota.
Y el equipo, más allá del frío reinante -sin duda una noche gélida en el Centenario, donde había que tener coraje para soportar el clima- respondió con una actuación convincente.
El partido se definió antes de la primera media hora, porque a los 5 minutos, después de una corajeada de Martín Cauterucci, definió Claudio Corvalán y veinte minutos más tarde, el uruguayo Sebastián Martínez concretó de tiro libre.
De ahí en más el Cervecero fue superior a su adversario, apostando a la contra con la velocidad de Cauteruccio y la potencia de Pablo Vázquez.
Quilmes presentó varios jugadores nuevos. Junto a los de la base -el arquero Trípodi, Martínez, Corvalán, Garnier, y los citados Cauteruccio y Vazquez- aparecieron el volante Mansilla, quien llegó de Defensores y demostró que tiene condiciones; Mandarino, ex Almirante Brown, que también rindió; Aguero, ex Gimnasia y Esgrima La Plata, demostró oficio a la hora de defender; Jorge Serrano, improvisado lateral por derecha, jugó en forma aceptable; buena impresión de Lucas Rimoldi, uno de los más destacados en el medio.
De la base, vale citar el enorme despliegue de Pablo Garnier, un león en el medio.
También respondieron los que ingresaron después: Carrasco, Bustos y Telechea.
En suma, una buena gestión, pensando ya en el viaje a Mendoza: Quilmes visita a Independiente Rivadavia el sábado 27 a las 13, en principio en el Mundialista (donde hoy los mendocinos juegan con River, con el condimento de las 12 mil entradas que adquirieron los hinchas Millonarios, ya que desde la organización -léase Daniel Vila, presidente de Independiente Rivadavia y aspirante a comandar la AFA, destronando al eterno Julio Grondona- se decidió abrir el paso a los visitantes).
Incluso Vila admitió que no sería extraño que se admita que aquellos hinchas de Quilmes que vayan a Mendoza puedan ingresar. El polémico dirigente sostiene que no debe haber impedimentos para que los visitantes vayan a los estadios. Esto permite imaginar -teniendo en cuenta lo que hoy va a ocurrir en Mendoza- que el sábado 3 de setiembre, cuando Ríver juegue en el Centenario con Quilmes, también se admita el ingreso de hinchas del Millonario, con la gran posibilidad de un estadio colmado.
La fiesta fue total en el Centenario, más allá del frío que calaba los huesos.
La organización fue buena, en un estadio que lucía impecable. Se puso en práctica la decisión de que los asistentes a las plateas no se ubiquen junto a las barandas y que se sienten en las butacas.
La única nota discordante ocurrió en la puerta de entrada, en cuanto a los carnés y cierta rigurosidad de los organizadores del Club.
Hay que recordar que se espera inaugurar los molinetes para el partido con River, y que todo el mundo ingrese con su tarjeta magnética.
Quilmes venía de perder en Corrientes con Boca Unidos y necesitaba una victoria para calmar las ansiedades que siempre produce una derrota.
Y el equipo, más allá del frío reinante -sin duda una noche gélida en el Centenario, donde había que tener coraje para soportar el clima- respondió con una actuación convincente.
El partido se definió antes de la primera media hora, porque a los 5 minutos, después de una corajeada de Martín Cauterucci, definió Claudio Corvalán y veinte minutos más tarde, el uruguayo Sebastián Martínez concretó de tiro libre.
De ahí en más el Cervecero fue superior a su adversario, apostando a la contra con la velocidad de Cauteruccio y la potencia de Pablo Vázquez.
Quilmes presentó varios jugadores nuevos. Junto a los de la base -el arquero Trípodi, Martínez, Corvalán, Garnier, y los citados Cauteruccio y Vazquez- aparecieron el volante Mansilla, quien llegó de Defensores y demostró que tiene condiciones; Mandarino, ex Almirante Brown, que también rindió; Aguero, ex Gimnasia y Esgrima La Plata, demostró oficio a la hora de defender; Jorge Serrano, improvisado lateral por derecha, jugó en forma aceptable; buena impresión de Lucas Rimoldi, uno de los más destacados en el medio.
De la base, vale citar el enorme despliegue de Pablo Garnier, un león en el medio.
También respondieron los que ingresaron después: Carrasco, Bustos y Telechea.
En suma, una buena gestión, pensando ya en el viaje a Mendoza: Quilmes visita a Independiente Rivadavia el sábado 27 a las 13, en principio en el Mundialista (donde hoy los mendocinos juegan con River, con el condimento de las 12 mil entradas que adquirieron los hinchas Millonarios, ya que desde la organización -léase Daniel Vila, presidente de Independiente Rivadavia y aspirante a comandar la AFA, destronando al eterno Julio Grondona- se decidió abrir el paso a los visitantes).
Incluso Vila admitió que no sería extraño que se admita que aquellos hinchas de Quilmes que vayan a Mendoza puedan ingresar. El polémico dirigente sostiene que no debe haber impedimentos para que los visitantes vayan a los estadios. Esto permite imaginar -teniendo en cuenta lo que hoy va a ocurrir en Mendoza- que el sábado 3 de setiembre, cuando Ríver juegue en el Centenario con Quilmes, también se admita el ingreso de hinchas del Millonario, con la gran posibilidad de un estadio colmado.
La fiesta fue total en el Centenario, más allá del frío que calaba los huesos.
La organización fue buena, en un estadio que lucía impecable. Se puso en práctica la decisión de que los asistentes a las plateas no se ubiquen junto a las barandas y que se sienten en las butacas.
La única nota discordante ocurrió en la puerta de entrada, en cuanto a los carnés y cierta rigurosidad de los organizadores del Club.
Hay que recordar que se espera inaugurar los molinetes para el partido con River, y que todo el mundo ingrese con su tarjeta magnética.
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