PERIODISMO MILITANTE?

No sé qué se puede entender por periodismo militante, como suele imaginar el director de la agencia Telam, con su plantel.
Pero el periodismo, ayer, hoy y siempre es, debe ser, militante de la verdad.
El periodista es el puente entre lo que ocurre y la gente.
Por eso, la cobertura de una frustrada visita de candidatos del radicalismo -Ricardo Alfonsín- y de Unión Pro -Francisco De Narvaez- por Solano merece destacar la realidad.
Un grupo de militantes del peronismo, de la línea del intendente Francisco Gutiérrez, que respondían al concejal Oli Arguello -un colectivo los identificaba como Los Simpson- se ubicaron sobre Donato Alvarez, a la altura de la 842, entonando cánticos peronistas, marchita de por medio, y bajo la excusa de que el intendente iba a hacer una recorrida por la famosa feria de Solano, estuvieron esperando, aunque era evidente que el propósito, como reconocieron varios, era que Alfonsín y De Narvaez, sobre todo Eduardo Schiavo, no pudieran pasar por esa arteria, ya que la caminata de ellos, después de la 844 iba a ser por Donato Alvarez hasta la 833.
Cuando alguno de los referentes de los radicales-denarvaismo se acercaron al grupo peronista para pedirles que se corrieran ardió Troya con algunos empujones, también golpes, y en el momento más difícil, un puesto de propaganda de radicales, que estaba en 842 y Donato Alvarez, prácticamente fue destruido.
La cosa, es cierto, no pasó a mayores porque luego gobernó la cordura, y los que pretendían caminar desistieron de ese recorrido.
El presidente de la UCR Quilmes, Oscar García, que junto al concejal Fernando Pérez pasaron la peor parte, luego comentaron el episodio en el comité radical, junto al dirigente José Luis Echazarreta y el candidato Pablo Dominicini.
Así pasaron las cosas, al menos para alguien que fue testigo de lo que pasó, y vale mencionarlo como periodismo militante, sí, pero de la verdad y no de las suposiciones.
Por supuesto, es una etapa preelectoral, pero no justifica estas actitudes. La democracia amerita que todos contribuyan a consolidarla y no a deteriorarla. En todo caso, si después todos se encuentran en el Concejo Deliberante, seguramente, con la tranquilidad de los espíritus más calmos, harán el mea culpa, pedirán las respectivas disculpas y prometerán no repetirlo.
Ya el propio concejal Oli Arguello hizo su arrepentimiento público, aunque habló de agresividad de la otra parte. En fin, cosas veredes Sancho.
Pero vale este comentario para entender el periodismo militante, sí, pero de la verdad.

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