Era más que previsible, en todo caso lo dejó entrever cuando sostuvo tiempo atrás que le costó muchísimo llegar a dirigir en primera división y que sería difícil que cambiara de categoría (en el caso de que Quilmes descendiera).
Producido el descenso del Cervecero, el técnico Ricardo Caruso Lombardi se tomó su tiempo, no mucho, y finalmente acaba de anunciar que no seguirá en Quilmes.
Prefirió no especular y contestar rápidamente que no continuará con el Decano en el Nacional B. Alguna vez dijo que en esta categoría, más que ninguna, los resultados mandan y si se le dan dos o tres adversos seguidos, seguramente en forma rápida llegarán los cuestionamientos. Prefirió ser honesto y esperar alguna oportunidad en primera división.
Caruso dejó su impronta en Quilmes, y eso vale la pena destacarlo, porque tomó un equipo prácticamente descendido y lo mantuvo con posibilidades hasta la última fecha. Y por sobre todas las cosas, devolvió al hincha la fe en el equipo, a tal punto que el descenso causó dolor pero no irritación o desconcierto como el que hoy vive River.
En todo caso, preparó a la gente para el final anunciado, cambiando dramatismo por orgullo. Vaya el deseo de buena fortuna para el técnico, donde sea, con la puerta abierta para que algún día pueda volver.
Producido el descenso del Cervecero, el técnico Ricardo Caruso Lombardi se tomó su tiempo, no mucho, y finalmente acaba de anunciar que no seguirá en Quilmes.
Prefirió no especular y contestar rápidamente que no continuará con el Decano en el Nacional B. Alguna vez dijo que en esta categoría, más que ninguna, los resultados mandan y si se le dan dos o tres adversos seguidos, seguramente en forma rápida llegarán los cuestionamientos. Prefirió ser honesto y esperar alguna oportunidad en primera división.
Caruso dejó su impronta en Quilmes, y eso vale la pena destacarlo, porque tomó un equipo prácticamente descendido y lo mantuvo con posibilidades hasta la última fecha. Y por sobre todas las cosas, devolvió al hincha la fe en el equipo, a tal punto que el descenso causó dolor pero no irritación o desconcierto como el que hoy vive River.
En todo caso, preparó a la gente para el final anunciado, cambiando dramatismo por orgullo. Vaya el deseo de buena fortuna para el técnico, donde sea, con la puerta abierta para que algún día pueda volver.
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