La derrota con Godoy Cruz, en San Luis -lógica, por los presentes de ambos, la tabla no miente- ahondó el calvario de Quilmes, que empieza a transitar el infierno tan temido llamado descenso. De aquí en más no se admitirán más pasos en falso, porque el Nacional B es el resultado.
No es imposible lograr cuatro victorias en los cinco partidos que restan... pero hay que conseguirlas. De entrada, el domingo 22 a las 14, frente a Racing en el Centenario. Luego visitará a All Boys en Floresta, recibirá a Boca, será visitante de San Lorenzo y en la última, recibirá a Olimpo.
No está todo perdido, pero sí bastante, en todo caso el equipo tendrá que retomar ese impulso que lo llevó a hacer historia en Liniers y en Banfield, para seguir aferrado a una pequeña ilusión.
En todo caso, será cuestión de despedirse de primera con la mejor imagen, aunque suene a ironía. En su momento habrá tiempo para bucear en las causas de este desastre, desde una pésima conducción dirigencial -se equivocaron con el técnico que trajeron (Tocalli), y lo aguantaron demasiado, armaron un colectivo de jugadores enorme, superior a cualquier mínimo de razonabilidad.... con VEINTIDOS FUTBOLISTAS NUEVOS de un saque, todo un despróposito, arguyendo que la plata venia de afuera, despilfarrándola de una manera increíble, digna de este momento- hasta la escasa respuesta de los futbolistas que llegaron, para terminar jugando muchos de aquellos que en un principio no eran tenidos en cuenta.
Los errores se pagan caro, todavía hay una esperanza, pero se hizo tanto tan mal que parece de otro planeta suponer que se pueda llegar a la mítica isla Promoción.
No es imposible lograr cuatro victorias en los cinco partidos que restan... pero hay que conseguirlas. De entrada, el domingo 22 a las 14, frente a Racing en el Centenario. Luego visitará a All Boys en Floresta, recibirá a Boca, será visitante de San Lorenzo y en la última, recibirá a Olimpo.
No está todo perdido, pero sí bastante, en todo caso el equipo tendrá que retomar ese impulso que lo llevó a hacer historia en Liniers y en Banfield, para seguir aferrado a una pequeña ilusión.
En todo caso, será cuestión de despedirse de primera con la mejor imagen, aunque suene a ironía. En su momento habrá tiempo para bucear en las causas de este desastre, desde una pésima conducción dirigencial -se equivocaron con el técnico que trajeron (Tocalli), y lo aguantaron demasiado, armaron un colectivo de jugadores enorme, superior a cualquier mínimo de razonabilidad.... con VEINTIDOS FUTBOLISTAS NUEVOS de un saque, todo un despróposito, arguyendo que la plata venia de afuera, despilfarrándola de una manera increíble, digna de este momento- hasta la escasa respuesta de los futbolistas que llegaron, para terminar jugando muchos de aquellos que en un principio no eran tenidos en cuenta.
Los errores se pagan caro, todavía hay una esperanza, pero se hizo tanto tan mal que parece de otro planeta suponer que se pueda llegar a la mítica isla Promoción.
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