QAC: EN EL ABISMO...

La derrota de ayer en Floresta puso al Cervecero contra las cuerdas, con pronóstico reservado, aunque todo parece indicar que el infierno llamado descenso es un hecho.
Ahora, sólo es cuestión de soñar con el milagro, esto es ganar los tres partidos que restan -Boca, San Lorenzo y Olimpo- y esperar que no sumen Gimnasia y Huracán.
Pero la caida en All Boys ha sido un durísimo golpe, donde se volvió a vivir aquéllo de que los triunfos no se merecen, se concretan. Quilmes no lo hizo, All Boys sí al final.
Ya no vale hablar de Favale, vaya la rima, por el arbitraje que dejó bastante que desear, con un gol de Quilmes mal anulado y uno o dos penales no sancionados para el visitante. Así, por lo menos, lo certifican distintos medios (Clarín, La Nación...) e incluso se habla del "enojo" del doctor Meiszner y de que el árbitro sería parado en la próxima fecha.
Sin embargo, no es tiempo para llorar, porque el descenso, si termina concretándose como todo lo hace suponer, será el resultado de una serie de errores y horrores cometidos durante toda la temporada. Desde aquel ascenso, que despertó tantas sospechas hasta la operación Primera, con cuerpos técnicos equivocados y una maraña de jugadores mal elegidos, sobre todo en una cantidad inusual para un ascendido y con referencias erróneas o poco felices.
Ricardo Caruso Lombardi llegó como el salvador, y con su particular manera de ser generó un clima de optimismo, sabiendo que la empresa que acometía era casi ciclópea, porque determinaba el menor índice de error posible.
Atando cabos con aquellos errores del principio, vale recordar que se trajo como salvador a aquel técnico que en su momento, dirigiendo a Tigre, sostuvo que el fixture se había armado para favorecer a Quilmes (¿alguna vez algún periodista se animó a preguntarse por qué dijo eso...?).
Quilmes era mirado como "el caballo del comisario", por aquello de que el presidente Meiszner es hombre de AFA, titular de la Copa América y muy cerca del hoy criticado Julio Grondona, y por el hecho de tener como vicepresidente al Jefe de Gabinete del gobierno de Cristina Kirchner.
Como ayer decía el hincha de otro club, que también pelea por la permanencia, "si ustedes tienen a Meiszner y Aníbal, y sufren un arbitraje como el de Favale, ¿qué nos queda a nosotros que no tenemos padrinos?". En todo caso, Quilmes viene demostrando que el descenso será obra y gracia de los desaciertos dirigencias, de futbolistas que no estuvieron a la altura de las circunstancias y de cuerpos técnicos ineficaces... En el caso Caruso, está hecha la salvedad, porque hizo lo mejor dentro de lo posible, ¿pero tendrá el coraje de dirigir al equipo en el Nacional B? Caruso le ha dicho al periodismo que le costó cinco años afirmarse en primera división, él ha hecho carrera de técnico en el ascenso y el hecho de estar en el círculo privilegiado es una posibilidad muy grande como para resignarla... O sea, por más que se diga que tiene contrato hasta junio de 2012, habrá que ver si finalmente se queda con Quilmes otra vez en el Ascenso.
El partido de ayer, en todo caso, resume lo que es hoy el fútbol argentino, con denuncias y sospechas por doquier, con imaginaciones populares que a la postre resultan contraproducente, porque... si Quilmes es poderoso por tener a Aníbal y a Meiszner, ¿Favale habrá querido, como buen contador, pasar alguna factura de otrora...? Si no, no se explica tantos errores, que no marca el periodismo partidario y sí el que cubre los partidos para distintos medios. Aunque, bueno es decirlo, el titular de la Escuela de Arbitros, Francisco Lamolina, siempre fue poco afecto a cobrar penales, con el famoso "siga siga...". Los penales ignorados lo incendiaron al pobre Patricio Loustau en el Superclásico, Favale no producirá similar repercusión porque el rating de All Boys-Quilmes no es ni parecido al de un Boca-River.
Volviendo a Quilmes: el domingo llega Boca al Centenario, buscando un lugar en la Copa Libertadores, ante un Quilmes que irá por el milagro de seguir teniendo una lucecita encendida, aunque Caruso haya dicho anoche que "estamos al horno con fritas...". Es verdad, pero matemáticamente aún quedan posibilidades, y habrá que aferrarse a ellas mientras estén, repetimos, por más que enfrente esté el Boca de Falcioni, Riquelme y el Titán Palermo.
En fin, mientras se comienza a evaluar el Plan B, todavía hay que seguir jugando, y el domingo, por muchísimos motivos, hay que pensar en un Centenario lleno.
En cuanto a los incidentes ocurridos tras el partido, entre hinchas de Quilmes y la policía, habrá que esperar que deriven en sanciones al Cervecero, como jugar ante San Lorenzo sin público visitante.
Angel García, dirigente Cervecero y hombre muy ligado al Jefe de Gabinete, sostuvo que los hinchas de Quilmes no fueron los provocadores y que fueron maltratados por la policía al salir del estadio. Si hay sanciones...¿seguirán diciendo que Quilmes tiene a Aníbal de su parte? En fin...
PD: Vale destacar el apoyo del hincha quilmeño. Un equipo, que está más cerca del Nacional B que nunca, colmó la tribuna visitante en Floresta, alentó y pese a la derrota demostró, como ante Racing, que "esta hinchada se merece la primera división...". Lamentablemente, lo que merece la hinchada no se condice con lo que merecen dirigentes, futbolistas, técnicos... En fin...

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