Cuando el descenso es casi un hecho, el presidente del Quilmes AC, doctor José Luis Meiszner -hoy de licencia por sus actividades en la Copa América- reconoció que el destino de Nacional B del Cervecero es prácticamente un hecho y también dijo lo que seguramente pensaba desde hace tiempo pero no era "políticamente correcto" sostenerlo: la equivocación en el armado del plantel.
Resulta curioso que recién ahora Meiszner haga el mea culpa, cuando un hombre avezado del fútbol argentino, debió prever con mayor intensidad lo que se venía. Desde el solo hecho de haber traído 22 jugadores, se caía de maduro que resultaba prácticamente imposible suponer otro destino.
Todo comenzó mal, con el ascenso lleno de fantasmas -baste recordar las denuncias del periodista Anello- y de ahí en más se fueron dando una serie de hechos, que literalmente transformaron lo que significa "jugar en primera" en un auténtico karma.
Hoy, con 27 fechas disputados, Quilmes perdió más de la mitad (14), todo un récord, aunque se sabe que el que asciende siempre debe pagar "el derecho de piso", por más que hace unos años, en aquel ascenso del 5 de julio en Caballito, curiosamente con Gustavo Alfaro -hoy técnico del próximo rival, Arsenal- la primera temporada en la categoría superior fue maravillosa, con un récord de 60 puntos.
Quilmes, como ocurrió en otras épocas, no ha sabido, no ha podido o lo que sea "capitalizar" los ascensos, en todo caso se mareó con las burbujas de primera y terminó padeciendo las cosas, como está ocurriendo ahora.
Alguna vez se tomarán los ejemplos de otros clubes, que subían y bajaban, y que de una buena vez decidieron consolidarse en la categoría superior, y hoy siguen en la división, con avatares, pero con el suficiente colchón de puntos para no sufrir contrariedades.
Para llegar a ello, se necesita planificación. Alguna vez se pondrán objetivos a largo plazo, y para ello habrá que capitalizar la maldita experiencia actual, para encarar el Nacional B con otra política. Sí, apostar al rápido ascenso, pero sin enloquecerse, en todo caso ir diagramando las cosas para que a la corta o a la larga se alcance el retorno.... PERO CON LA META PUESTA EN LA CONSOLIDACIÓN EN LA CATEGORIA SUPERIOR.
Hoy Meiszner reconoció su error, y vale como autocrítica, aunque muchos imaginarán que son muchos años los que tiene en sus espaldas para cometer siempre los mismos equívocos.
Ojalá esta lección sirva para el futuro, y que se aunen fuerzas para buscar un objetivo común con criterio y no con anacronismo.
Cuando se conocían los emolumentos de los futbolistas que llegaron en esta aventura, más la cantidad de incorporados, era evidente que algo fallaba. Y los hechos están a la vista: se armó mal un plantel, con cantidades enormes, con sueldos increíbles y frente a la realidad, el sueño terminó siendo una enorme pesadilla.
Meiszner reconoció al técnico Caruso Lombardi por su valentía para subirse al Titanic en medio del naufragio. Precisamente éste tendría que ser el capitán que se encargue de retornar al equipo al puerto de Primera, una travesía difícil pero no imposible, aunque para eso habrá que calmar las aguas, porque lo que viene de aquí en más va a ser bastante agitado. Por más que mande la resignación, el descenso siempre es una puñalada, y nunca nadie, menos Quilmes y sus hinchas, se acostumbra a asumir la situación.
PD: Meiszner aseguró que habría que cambiar el tema de los promedios porque siempre se le hace difícil al que asciende mantenerse, pero, lamentablemente, esto será, si se da, de cara al futuro y de ninguna manera, en forma retroactiva. Quilmes está pagando el alto precio del despropósito...
Resulta curioso que recién ahora Meiszner haga el mea culpa, cuando un hombre avezado del fútbol argentino, debió prever con mayor intensidad lo que se venía. Desde el solo hecho de haber traído 22 jugadores, se caía de maduro que resultaba prácticamente imposible suponer otro destino.
Todo comenzó mal, con el ascenso lleno de fantasmas -baste recordar las denuncias del periodista Anello- y de ahí en más se fueron dando una serie de hechos, que literalmente transformaron lo que significa "jugar en primera" en un auténtico karma.
Hoy, con 27 fechas disputados, Quilmes perdió más de la mitad (14), todo un récord, aunque se sabe que el que asciende siempre debe pagar "el derecho de piso", por más que hace unos años, en aquel ascenso del 5 de julio en Caballito, curiosamente con Gustavo Alfaro -hoy técnico del próximo rival, Arsenal- la primera temporada en la categoría superior fue maravillosa, con un récord de 60 puntos.
Quilmes, como ocurrió en otras épocas, no ha sabido, no ha podido o lo que sea "capitalizar" los ascensos, en todo caso se mareó con las burbujas de primera y terminó padeciendo las cosas, como está ocurriendo ahora.
Alguna vez se tomarán los ejemplos de otros clubes, que subían y bajaban, y que de una buena vez decidieron consolidarse en la categoría superior, y hoy siguen en la división, con avatares, pero con el suficiente colchón de puntos para no sufrir contrariedades.
Para llegar a ello, se necesita planificación. Alguna vez se pondrán objetivos a largo plazo, y para ello habrá que capitalizar la maldita experiencia actual, para encarar el Nacional B con otra política. Sí, apostar al rápido ascenso, pero sin enloquecerse, en todo caso ir diagramando las cosas para que a la corta o a la larga se alcance el retorno.... PERO CON LA META PUESTA EN LA CONSOLIDACIÓN EN LA CATEGORIA SUPERIOR.
Hoy Meiszner reconoció su error, y vale como autocrítica, aunque muchos imaginarán que son muchos años los que tiene en sus espaldas para cometer siempre los mismos equívocos.
Ojalá esta lección sirva para el futuro, y que se aunen fuerzas para buscar un objetivo común con criterio y no con anacronismo.
Cuando se conocían los emolumentos de los futbolistas que llegaron en esta aventura, más la cantidad de incorporados, era evidente que algo fallaba. Y los hechos están a la vista: se armó mal un plantel, con cantidades enormes, con sueldos increíbles y frente a la realidad, el sueño terminó siendo una enorme pesadilla.
Meiszner reconoció al técnico Caruso Lombardi por su valentía para subirse al Titanic en medio del naufragio. Precisamente éste tendría que ser el capitán que se encargue de retornar al equipo al puerto de Primera, una travesía difícil pero no imposible, aunque para eso habrá que calmar las aguas, porque lo que viene de aquí en más va a ser bastante agitado. Por más que mande la resignación, el descenso siempre es una puñalada, y nunca nadie, menos Quilmes y sus hinchas, se acostumbra a asumir la situación.
PD: Meiszner aseguró que habría que cambiar el tema de los promedios porque siempre se le hace difícil al que asciende mantenerse, pero, lamentablemente, esto será, si se da, de cara al futuro y de ninguna manera, en forma retroactiva. Quilmes está pagando el alto precio del despropósito...
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