QUILMES: EL DIA DESPUES

Pasó Independiente, y si bien el empate no alcanza para ilusionarse con la permanencia, por lo menos da un poco de aire para encarar el futuro con otro rostro.
Como dijo el técnico Ricardo Caruso Lombardi, si hay que morir que sea de pie. Ese es el objetivo en estas 13 fechas que restan para concluir el torneo de primera división.
No se puede ser optimista porque a esta altura ya no sirve empatar con el Rojo. Porque si bien es un grande y venía de golear a Newell´s, Quilmes necesita sumar de a tres de una buena vez por todas.
Entonces, desde el viernes 25, en que visitará a Argentinos Juniors, hasta el final tendrá que ganar todos o casi todos los partidos que le faltan, algo que suena a milagro, si se tiene en cuenta que jugadas 25 fechas, apenas ganó 4 y empató 8, perdiendo la friolera de 13 encuentros. Lisa y llanamente, una derrota partido por medio.
Con ese panorama, nadie, ni el más optimista de todos, puede imaginar un final feliz. De todas maneras, queda el premio consuelo, o sea, como dice Caruso, morir de pie en cada encuentro, por lo menos para no irse de primera con las pálidas imágenes que se mostraron en la era Tocalli y en la mayor parte de la era Madelón.
Con Caruso hay por lo menos el incentivo de pelearla, aunque de pronto el rival haga un gol y dé la impresión de que no hay reacción.
Independiente aprovechó su momento para golpear -en una jugada en que un futbolista llevó la pelota unos cuantos segundos sin que nadie lo atorara y cuando eso ocurrió sirvió el avance para que el centro atrás lo capitalizara Parra- y destapó la gran falencia de este equipo en esas condiciones: queda como paralizado.
Pero esta vez, quizás ayudado por la tibieza del Rojo y con la recuperación de Trípodi, para evitar que el de Avellaneda aumentara las cifras, Quilmes se atrevió y llegó el gol de Morales, que volvió a concretar después de muchísimo tiempo. Como para decirle al técnico "aquí estoy" cuando todos los vientos parecían indicar que era uno de los candidatos a ser sustituido.
Quilmes buscó el desequilibrio a los ponchazos, con su falta de ideas y con actitud, elemento que parece ser el principal ingrediente que le quiere dar el técnico.
Un coach verborrágico, que se fue conforme y que ahora espera armar lo mejor dentro de lo posible para ganarle al Bicho en su madriguera de La Paternal (todavía se recuerda el increíble partido de la primera rueda, con Tocalli de técnico, cuando Quilmes ganaba 2 a 1 con dos hombres de menos y en el tercer minuto de descuento el Bicho llegó al empate, una igualdad que terminó por "salvar" a su técnico Pedro Troglio, a tal punto que después de una rueda sigue conduciendo a su equipo).
En síntesis, serán 13 finales, donde el Cervecero tendrá que sumar la mayor cantidad de puntos posibles, desde los 39, pero si no es así, porque suena a milagro, al menos la mayor cantidad, como para imaginar que si hay que descender, como todos suponen, que sea con dignidad.
"Por lo menos salimos de zapateros", dijo Caruso al final, porque Quilmes logró su primer punto después de cinco derrotas seguidas, aunque su responsabilidad sólo cabe para la caida con Huracán -errores incluidos- y el empate con el diablo.
Caruso puso mano y algunas cosas le salieron bien. Mantuvo a Trípodi, después de la gran macana del primer gol de Huracán, y el arquero le respondió con dos o tres tapadas increíbles. No sacó a Jota Morales en el entretiempo, y el 9 volvió al gol. Recuperó a Corvalán, que no jugaba desde la era Tocalli, y el futbolista cumplió, dejando la impresión de que no había razones para no tenerlo en cuenta.
Además, puso a Caneo de entrada, y si bien no rindió en la medida de lo esperado, por lo menos pone una cuota de fútbol -habrá que buscarle acompañantes para sintonizar la misma onda-, repitió con Kalinski, y el volante volvió a mostrar que está entre los pocos surgidos de la cantera que tiene un importante futuro.
Tendrá que corregir el técnico algunos defectos. Jugar con línea de tres deja resquicios, máxime cuando no hay marcador de punta por la derecha, la izquierda del rival, por donde Independiente machacó en la primera etapa, con el buen manejo del Patito Rodríguez (por ahí llegó el gol del equipo de Avellaneda).
Mucho trabajo le espera al técnico, por lo menos, vale repetirlo todas las veces que sea necesario, para descender de pie, y en todo caso, de una vez por todas, ir preparando las cosas para el próximo Nacional B, que cada vez resulta más competitivo y más nacional. Obsérvese que hoy por hoy -ascienden dos- dos equipos santafesinos (Unión y Atlético Rafaela) son los grandes candidatos, habiendo sacado 9 puntos a sus escoltas. En un torneo supercompetitivo, con enorme cantidad de viajes, se destacan dos que vienen pugnando por el ascenso desde hace tiempo, es decir, si se hacen las cosas bien, a la corta o a la larga se puede lograr el objetivo, o por lo menos pelear por él.
Quilmes tomó un poquito de oxígeno, dejó una vez más marcado el apoyo de la gente, que se conforma con muy poco, y seguramente tendrá un buen acompañamiento el viernes cuando visite al Bicho en La Paternal.

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