QUILMES: AY, CARUSO...

Verborrágico como siempre, apasionado más que nunca, el hecho de dirigir a Quilmes, en la situación que está lo ponen al técnico Ricardo Caruso Lombardi en la cresta de la ola.
Muchas veces habla... y se arrepiente, cosas de la pasión (sin razón) que muchas veces produce el fútbol.
Tomar a Quilmes descendido o por lo menos en el infierno, y tratar de lograr que el fuego que quema sea menor, no es tarea fácil, ni para Caruso ni para cualquier técnico que se precie.
Caruso se hizo cargo, y de pronto se dio cuenta de dónde se metió. Por eso, no debió extrañar el ataque de locura después del empate con Argentinos Juniors en La Paternal, buscando un chivo expiatorio, en este caso, el árbitro Pezzotta, que podrá haber tenido algo que ver con los presuntos penales no sancionados -la falta de Escudero a Leyes, fue quizás la más polémica- pero más se relaciona con el maldito promedio, que obliga a ganar todo o casi todo si se quiere sumar algo de ilusión.
Por eso cada empate es un retroceso a esta altura del torneo, y entonces, hay que buscar a quién echarle la culpa.
Es como si Caruso dijera públicamente que Jota Morales es el culpable del empate, porque se "comió" dos goles increíbles, imposibles de justificar en un supuesto goleador de raza.
No hay que olvidar que cuando Caruso estaba en otra vereda denunció que el fixture del Apertura se había "armado" para favorecer a Quilmes, en esos tres primeros partidos de local en el Centenario (porque Estudiantes jugaba de local en ese escenario) y sin embargo, Quilmes apenas sumó 2 puntos sobre esos 9 posibles.
El técnico tendrá que controlar su verborragia, porque a la larga perjudica a su equipo, ya que los árbitros se ven condicionados, sabiendo que en el Decano, el vicepresidente 1ro. es el jefe de gabinete de Ministros y que el presidente, hoy de licencia, es el titular de la Copa América.
Con ese peso, la realidad demuestra que un flaco favor se le hace al Decano del fútbol argentino, que embarullado en una aventura "que salió muy mal", con el técnico Hugo Tocalli y 22 incorporaciones, sólo trata de zafar de cualquier manera, aunque cada vez con menor chance de permanencia.
El domingo llegará al Centenario, Ríver, que va saliendo de a poco de la zona del fondo y que está cerca de los que mandan en el torneo. ¿Es un partido para un árbitro como Héctor Baldassi elegido a dedo o alguien que sepa controlar un ambiente al que Caruso le ha puesto condimento, demasiado quizás porque no justificaba su reacción en La Paternal?
Caruso habló de árbitros que están perjudicando a Quilmes "porque hay que salvar a Gimnasia y a River...", y no se dio cuenta de que Gimnasia alterna algunas buenas con muchas malas, mientras que River aprovecha al máximo las ventajas del rival (de lo contrario habrá que imaginar que el jugador de Newell`s que cometió un grosero error en el segundo gol Millonario lo hizo a propósito... Ay, Caruso).
Será importante que el técnico, que en principio está para salvar al Cervecero del descenso directo y ponerlo en la Promoción, o en su defecto, cerrar el torneo con una campaña digna, preparando el equipo para el próximo torneo Nacional B, recapacite y ponga las pilas, como lo ha venido haciendo hasta ahora, para que Quilmes siga mejorando. Y más allá del final de la telenovela, por lo menos deje algo conforme a esta hinchada, que tanto en casa como afuera demuestra que hoy por hoy es lo mejor que tiene.

PD: El titular del Colegio de Arbitros, Francisco Lamolina, le pidió a Caruso que se rectifique en sus declaraciones y sugirió que en todo caso tendría que reconocer que se equivocó al tomar al dirección técnica del Cervecero.
Cosas veredes Sancho, pero en lugar de "cantar" Caruso tendría que reconocer que "el silencio es salud".

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