QUE MARAVILLA, SERGIO

Maravilla de madrugada. El quilmeño Sergio Maravilla Martínez derrotó por nocaut técnico en el octavo asalto al ucraniano, del nombre y apellido difícil, Sergiy Dzinziruk, y sigue reinando en el boxeo internacional. En este caso se consagró campeón mundial de los medianos, corona de diamante, del Consejo Mundial de Boxeo.
La pelea desveló a los argentinos en general, y a los quilmeños en particular, porque terminó alrededor de las 2 de esta mañana, televisada por TyC Sports, con los relatos de Walter Nelson y los comentarios de Sergio Charito.
Maravilla demostró sus condiciones, por momentos apabulló a su rival y si bien tuvo un momento de incertidumbre en el séptimo asalto, salió decidido en el octavo y terminó por derrumbar las ilusiones del ucraniano.
El quilmeño ratificó sus condiciones a los 36 años -nació el 25 de febrero de 1975- y llevó enorme alegría a sus fans.
Una bandera argentina, con la ilustración Quilmes, significó el dato emotivo para quienes siguieron la pelea por televisión.
Atrás quedó una historia digna de ser contada. Porque Sergio alguna vez tuvo que elegir entre el fútbol y el boxeo -se había ido a probar a Los Andes- y terminó inclinándose por el deporte de los puños.
Junto a sus tíos, los hermanos Paniagua, inició la carrera boxística, entrenando en el gimnasio del club Juventud Unida de Bernal.
En el 2000, se decidió a dar el salto, porque ya no le quedaban rivales en Argentina y necesitaba crecer. Por eso se fue a España, donde conoció al boxeador Pablo Sarmiento, quien hoy, junto a su hermano Diego, es su manager (Pablo aparecía en el rincón y daba las indicaciones).
Maravilla Martínez fue realizando su campaña en Europa, avanzando a pasos agigantados en su carrera y mostrando su jerarquía hasta llegar hoy al lugar que ocupa, donde espera chances ante los mejores, como Floyd Mayweather o Manny Pacquiao.
Sólo registra dos derrotas en su carrera -lleva 47 victorias y 2 empates-, debiéndose señalar que la primera derrota fue ante el mexicano Antonio Margarito, aunque siempre reconoció que se había apresurado para esa pelea y lo pagó caro.
La otra derrota fue con Paul Williams, por puntos, cuando todos los entendidos dijeron que en realidad había sido despojado de la victoria. Pero su perseverancia tuvo rédito, ya que poco tiempo después derrotó claramente a Williams.
Ahora repitió ante el ucraniano, y tras el combate, dijo que le gustaban los desafíos y que estaba dispuesto a pelear contra quien sea.
Reconoció que en la pelea había tenido un momento de indecisión, en el séptimo asalto, aunque lo adjudicó a algo tan normal como el cambio de aire. Pero en la siguiente vuelta apareció con todo su esplendor, para terminar a toda orquesta, vapuleando a su adversario.
Maravilla, según dijo Walter Nelson, hoy es número uno y un ejemplo para los jóvenes. Lamentó incluso el relator que tenga 36 años porque con diez años más había Maravilla para rato.
Hincha de Quilmes, Sergio se ha transformado en un referente de la perseverancia y el espíritu indómito de los quilmeños, que esta madrugada se desvelaron para verlo en acción, desde Conneticut, Estados Unidos, país donde reside.

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