QUILMES: DERROTA Y ALGO MAS

Se podrá decir que jugó más de un tiempo con 10 hombres, se podrá argumentar que enfrente estuvo el último campeón, el poderoso Estudiantes de La Plata, sin embargo Quilmes volvió a perder y, lo que es más preocupante, a defraudar a su gente, que como siempre dijo presente en el Centenario y se fue con la cabeza baja.
Quilmes no sabe o no puede aprovechar las ventajas del rival. Este Estudiantes, golpeado por el 5 a 0 en Brasil y con el mal de ausencias -no jugaron Verón, Braña y la Gata Fernández- supo aprovechar su ocasión en el primer tiempo, sobre el final, y se puso en ventaja con el gol de Mercado, tras excelente media vuelta.
Quilmes se quedó pronto sin Kalinski, por doble amonestación, y tuvo que ensayar variantes -Coronel entró por Varela-, y en el complemento, con 10 hombre tuvo más tiempo la pelota pero careció de ideas para molestar Pincha, que se quedó esperando la contra, y promediando la etapa generó dos situaciones con tiros en los palos.
El sábado próximo el rival será Lanús en el estadio Granate, con la necesidad de comenzar a sumar de una vez por todas, porque en esta segunda rueda no sumar es sinónimo de descenso, máxime cuando Olimpo y All Boys se han ido alejando.
Si se recuerda la primera rueda, en las primeras cuatro fechas el Cervecero, con el técnico Hugo Tocalli, logró 2 puntos sobre 12 posibles. Hoy, con dos partidos, no logró ninguno, restándole jugar con Lanús de visitante y con Tigre de local, para comparar.
A esta altura del torneo, comienzan a pesar los apremios, las necesidades. Es tiempo para que el técnico comience a realizar los cambios necesarios, que pasan fundamentalmente por esquemas más audaces, porque otros no caben.
Jugar de local con un sólo delantero -Jota Morales, cada vez más bajo en su producción, jugando de espaldas al arco y perdiendo siempre- es un planteo demasiado mezquino, sobre todo ante este Estudiantes que vino a cumplir y que dio la sensación de que estaba para que quien no lo respete demasiado, lo pueda lastimar (el pibe Federico Fernández era uno de los talones de Aquiles que Quilmes no supo aprovechar).
Así las cosas, con la expulsión de Kalinski y el cambio de Coronel, un volante sin marca por el uruguayo Varela, sirvió también para mezquinar aún más las cosas.
Quilmes denota una falta de ofensiva notable -no se patea al arco, por lo Orión fue un espectador de lujo- y sigue mostrando falencias, que exigen al técnico algo más de bisturí a la hora de los cambios.
Raymonda muestra una distancia enorme con su mejor nivel, y pide a gritos el cambio, no ya durante el partido sino desde el inicio. Precisamente, Miguel Caneo, da la sensación de ser hoy más titular que nunca, y sin embargo el técnico insiste con ponerlo cada vez que el resultado está en contra.
Gervasio Núñez no es marcador de punta y Madelón también insiste ubicándolo en esa posición, que termina siendo un beneficio para el adversario.
Madelón tendrá que echar mano para buscar el mejor equipo dentro de lo posible para visitar al difícil Lanús. Fundamentalmente, tendrá que comenzar a ser audaz porque los tiempos se acortan y el fantasma del descenso acecha cada vez más.
Se dirá que faltan 17 fechas, o sea 51 puntos en juego, pero cada partido sin sumar es un escalón menos, que lleva inevitablemente al temido Nacional B, una historia que el Cervecero conoce mejor que nadie pero que finalmente termina por derrumbar ilusiones y sellar el destino.
Todavía hay tiempo de reacción, más que nada futbolística. Madelón tendrá que asumir la responsabilidad y jugarse ... porque ahora como siempre la gente acompaña, pero a medida que pasen los partidos, si sigue la racha negativa, irá pasando facturas. Y en esto, se sabe, el primer fusible es el técnico.
Por otra parte, Madelón sabe que hay cambios obligados: Gervasio Nuñez recibió su quinta amarilla y no podrá estar, Hernán Grana no podrá jugar contra Lanús por una cláusula del préstamo y Enzo Kalinski seguramente va a recibir una fecha de suspensión.
Entonces, serán Quiles, Broggi y probablemente Coronel los que tendrán la responsabilidad de integrar el equipo superior. Si a eso se suma los bajos niveles de Raymonda y Jota Morales, quizás el técnico opte por ponerlo definitivamente de entrada a Miguel Caneo y apele a Diego Torres, Romeo o el propio Martín Cauteruccio -jugó unos minutos y produjo más que Jota- para el ataque, el gran déficit de este Quilmes, que lleva muchísimos minutos sin rematar al arco contrario.
Lanús puede ser el punto de partida de la anhelada reacción o quizás se convierta en el golpe de gracia para que el clima de intranquilidad que se vive en la parcialidad Cervecera crezca.
No hay que olvidar que este plantel, en 21 fechas -19 del Apertura y 2 del Clausura- padeció 10 derrotas, es decir, una caida cada dos partidos. ¿Quién puede aguantar con entereza semejante cantidad de golpes?
Alguna vez gobernará el sentido común en el Cervecero, algo que en los últimos años parece distante. Cientos de jugadores, idas y vueltas, subidas y bajadas, inestabilidad por doquier, hacen del fútbol del Decano una enfermedad incurable. Políticas de corto plazo que terminan por golpear cualquier proyecto.
¿Y si alguna vez se planifica a largo plazo, pensando en el club y no en el aquí y ahora...?

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