QUILMES: COPA DE VERANO

Ni el más fanático de Quilmes imaginaba ese final, porque Estudiantes le iba ganando con holgura 2 a 0, con goles de la Gata Fernández de penal -picó la pelota- y de Barrientos, y demostraba superioridad sobre un Cervecero errático y pleno de suplentes.
Pero la expulsión de la Gata, la salida de Enzo Perez tras el segundo gol y la levantada quilmeña del complemento, llevaron al empate, con los goles del uruguayo Martínez, de cabeza y de Narvay, con un bombazo.
El partido terminó 2 a 2 y la Copa YPF, que estaba en juego, debió definirse por penales.
Ahí surgió la figura de Hernán Galíndez, quien atajó tres penales -el primero nada menos que a Verón, en Quilmes malograron Caneo y el uruguayo Cauteruccio- y terminó dándole la Copa al dueño de casa.
Quilmes, que jugó con muchos suplentes, se dio el gusto de arrebatarle una copa al último campeón, que pareció conformarse con el 2 a 0 y terminó perdido y abatido anímica y físicamente por el esfuerzo realizado -en una semana muy especial por la ida de Alejandro Sabella- y permitió la recuperación quilmeña, que llegó al empate y terminó ganando por penales.
El 20 de febrero estos rivales volverán a verse las caras, esta vez por la segunda fecha del torneo Clausura, y en esa ocasión, Quilmes jugará con los titulares y además buscará una victoria tan necesaria para soñar con la permanencia.
Esta Copa YPF, organizada por Fox Sports, obligó a que los socios quilmeños deban pagar 20 pesos de entrada popular, por eso no extrañó que el marco no fuera el adecuado para el enfrentamiento. Seguramente se verá un estadio lleno el 20, cuando Estudiantes colme la tribuna visitante y el hincha Cervecero le diga sí a un equipo que desde el vamos tendrá que remar la cuesta para quedarse en primera (en ese sentido la primera prueba será el sábado 12 a las 21.15 en Santa Fe, en el siempre difícil estadio de Colón, donde Quilmes ganó una sola vez en 1969).
El técnico Madelón sin duda podrá sacar conclusiones de este encuentro con el Pincha, debiendo decidir algunas dudas en cuanto a titularidades. En ese sentido, se puede anticipar que las chances de Quiles se acrecientan después del deficitario partido de Hernán Grana -por su lado llegaron los goles del equipo platense, aunque al final fue el encargado de concretar el penal que rubricó la Copa-, en cuanto a Miguel Caneo, si bien se recuperó en el complemento no alcanzó el nivel necesario para justificar una titularidad -Madelón dice que Caneo es jugador de segundos tiempos- y ha sido interesante lo realizado por Cauteruccio, aunque estuvo bastante solo en la primera etapa, cuando el Pincha dominaba y se recuperó algo en la segunda etapa.
Interesante ha sido la experiencia del uruguayo Martínez, autor del circunstancial descuento, e incluso reivindicó a los uruguayos a la hora del penal -concretó el suyo, cuando lo había malogrado Cauteruccio antes, algunos recordaron que lo tiró como Gustavo Varela- y habrá que poner la mirada en el Pitu González, un chico con enorme futuro. También vale destacar lo realizado por Narvay -se lo ha señalado todo el verano como cambiando de club- todo rubricado con un golazo.
Quilmes ganó una copa, que sólo tiene valor simbólico pero que se resalta por la forma en que se consiguió, desde levantar un 2 a 0 en contra hasta lograrla con gran cantidad de suplentes.
Sin duda, el 12 comienza a correr la hora de la verdad en Santa Fe. Quilmes quiere, necesita, debe ser protagonista en todas partes, porque en el Clausura hay que sumar siempre.
En cuanto a la hermandad-rivalidad Quilmes-Estudiantes, una hora antes del partido, en un estadio bastante raleado se escuchaban los gritos de los pocos simpatizantes, y los cruces de tribuna a tribuna. No eran demasiado amistosos, por cierto. En todo caso, desde Quilmes se acusaba al Pincha de inquilino, y del otro lado se pedía Solidaridad por "el Quilmes que se va".
Habrá que ver si estas flechas venenosas siguen dentro de unos días, cuando se juegue en serio, y donde Estudiantes tratará de mostrar su chapa de campeón y Quilmes, su vocación indómita en eso de superar el pantano del descenso.

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