No es ideal el clima que se vive en el Quilmes AC, tres derrotas consecutivas desataron la impaciencia del hincha, que no sólo lamenta las caidas sino que no advierte mejoría en un equipo que empezó el Clausura con "el pie izquierdo".
Si a los males que afectan al equipo se suma la impaciencia, la locura de inadaptados con pintadas en la sede contra el presidente, las lesiones de jugadores importantes, como Caneo y Romeo, se tendrá una idea del momento que vive el Cervecero.
Si en la etapa anterior el hincha se "bancó" 19 fechas sin victorias, ahora parece un despropósito tanta bronca por tres caidas, aunque es evidente que el Clausura tiene un elemento diferente al Apertura, el de las definiciones. Aquí se sabrá quiénes descienden y quiénes jugarán la Promoción, y por ahora Quilmes está en descenso directo sin que aparezca la sensación de que esto pueda cambiar.
Sin embargo, el fútbol siempre da revancha, por supuesto hay que buscarla. El técnico sigue siendo optimista y asegura que Tigre, el domingo, será una gran apuesta, donde ya no importa el cómo sino el resultado. Sólo una victoria ante el rival de Victoria servirá para calmar un poco las aguas, que están encrespadas.
El domingo Quilmes vivirá un momento muy particular, donde seguramente el rival intentará aprovechar los errores del local y los nervios para seguir hundiendo al equipo de Madelón en la tabla.
Así las cosas, sería importante que las patas de la mesa se junten para enfrentar este momento con mayor entereza y mejores posibilidades de salir airoso. El estar divididos favorece a los demás, por aquello que recitaba Martín Fierro de "los hermanos sean unidos... porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera".
Por ahora "los de afuera" están provocando estragos en el Decano. Todavía hay tiempo de recuperación, es cierto cada vez menos, pero hay que poner la pelota contra el piso, de lo contrario seguirá empeorando la situación.
Si a los males que afectan al equipo se suma la impaciencia, la locura de inadaptados con pintadas en la sede contra el presidente, las lesiones de jugadores importantes, como Caneo y Romeo, se tendrá una idea del momento que vive el Cervecero.
Si en la etapa anterior el hincha se "bancó" 19 fechas sin victorias, ahora parece un despropósito tanta bronca por tres caidas, aunque es evidente que el Clausura tiene un elemento diferente al Apertura, el de las definiciones. Aquí se sabrá quiénes descienden y quiénes jugarán la Promoción, y por ahora Quilmes está en descenso directo sin que aparezca la sensación de que esto pueda cambiar.
Sin embargo, el fútbol siempre da revancha, por supuesto hay que buscarla. El técnico sigue siendo optimista y asegura que Tigre, el domingo, será una gran apuesta, donde ya no importa el cómo sino el resultado. Sólo una victoria ante el rival de Victoria servirá para calmar un poco las aguas, que están encrespadas.
El domingo Quilmes vivirá un momento muy particular, donde seguramente el rival intentará aprovechar los errores del local y los nervios para seguir hundiendo al equipo de Madelón en la tabla.
Así las cosas, sería importante que las patas de la mesa se junten para enfrentar este momento con mayor entereza y mejores posibilidades de salir airoso. El estar divididos favorece a los demás, por aquello que recitaba Martín Fierro de "los hermanos sean unidos... porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera".
Por ahora "los de afuera" están provocando estragos en el Decano. Todavía hay tiempo de recuperación, es cierto cada vez menos, pero hay que poner la pelota contra el piso, de lo contrario seguirá empeorando la situación.
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