QUILMES: "VICTORIA.... CAPITAN!"

Quilmes cerró el Apertura de la mejor manera: ganó en Bahía Blanca, sumando su primera victoria del torneo fuera de casa. Venció a un rival directo por la permanencia -el siempre difícil Olimpo, que de local sólo había caído con Boca- y llegó a los 19 puntos -es decir uno de promedio- que le permiten mirar el futuro con otro rostro.
Esto no significa que no va a ser muy duro el Clausura para el Cervecero, pero alienta las esperanzas de seguir recuperando el terreno resignado en la "era Tocalli". Con el técnico Leonardo Madelón, Quilmes logró 13 puntos sobre 18 posibles (con cuatro victorias, ante All Boys, Godoy Cruz, San Lorenzo y Olimpo, un empate con Racing y una derrota con Boca).
Ha cambiado el panorama, ahora hay otra mirada, para empezar las vacaciones con otra cara.
El 5 de enero será el momento del retorno para la pretemporada -se hará en Mar del Plata- y esperar febrero para iniciar la difícil cuesta de permanecer en primera (en principio tendrá que sumar unos 28 puntos para asegurarse el lugar privilegiado).
El saldo de la temporada dejó mucha tela para cortar. Desde el infierno que significó la llegada de 22 jugadores, la falta de acople rápido -algo lógico por semejante cantidad de incorporaciones- y la poca cintura del entrenador, Hugo Tocalli, para encontrarle la vuelta al equipo. Así fueron pasando las fechas, llegando el Cervecero a sumar 19 fechas sin ganar -tomando la temporada en el Nacional B- y la bronca de los hinchas, que estallaron después de la caida en el bosque platense con Gimnasia, con un repudiable ataque a los coches de los futbolistas, que terminó en la comisaría tercera.
La llegada de Leonardo Madelón significó nuevo aire y algo de esperanza. Y cambiaron las cosas, con ese balance mencionado -13 puntos sobre 18 posibles- que permitió revertir una perfomance del 20 por ciento por otra del 70 por ciento, para culminar el certamen con un rendimiento promedio del 50 por ciento.
Lógicamente, el Clausura será el gran desafío. Porque en estos días el técnico tendrá que reunirse con los directivos y planificar lo que vendrá. Todo hace suponer que habrá que decir adiós a algunos futbolistas que no rindieron en la medida de lo esperado o que simplemente no tuvieron oportunidad de jugar -por la enorme cantidad de incorporaciones- y habrá que aprovechar al máximo el cupo de cuatro ingresos, para cubrir los baches que aún muestra el equipo, como puede ser un delantero con olfato de gol, uno o dos volantes y uno o dos zagueros.
El balance determina que la columna vertebral de todo equipo protagonista -a Quilmes no le queda otra que serlo en el Clausura para alcanzar la meta de 30 puntos- parece estar, con un arquero que mostró condiciones -Hernán Galíndez- y que hizo olvidar a quien fue factor fundamental en el ascenso -Emanuel Trípodi-.
La defensa muestra solidez y confianza, como para recitar de memoria los cuatro nombres: Quiles, Gerlo, Fontanini y Nuñez.
En el medio, surge con luz propia un futbolista que crece en cada partido: Enzo Kalinski, un muchacho de la cantera que tuvo la paciencia de soportar todos los embates de la manía de buscar afuera lo que hay adentro. Algo similar podría decirse de Cerro y de Garnier. En el caso del jujeño -no estaba en los planes de Tocalli- tuvo la enorme confianza en sus posibilidades como el sostén para no dejarse llevar por la desilusión.
En ataque, Jota Morales no tuvo el torneo que se esperaba para sus condiciones de goleador, sin embargo aprovechó al máximo las oportunidades que tuvo y terminó siendo el goleador del equipo. En su favor debe decirse que rara vez tuvo la compañía adecuada para recibir la pelota y definir.
Hubo jugadores en quienes se cifraron esperanzas y que no rindieron porque sumaron lesiones o no tuvieron demasiado tiempo para jugar. Tal es el caso de Bernardo Romeo, quien jugó muy poco pero en ese escaso lapso demostró su experiencia, como ocurrió en el triunfo sobre All Boys.
Miguel Caneo justificó el esfuerzo que se hizo para recuperarlo. Lástima una lesión que lo acompaña y que lo dejó afuera en varios encuentros, incluso convirtiéndose en pieza de recambio porque el técnico entendió que no estaba para 90 minutos.
Los uruguayos Morales y Varela llegaron con pergaminos y no estuvieron a la altura de sus posibilidades. El caso más emblemático es el de Varela, a quien se convirtió en el blanco de las críticas por aquel penal que malogró en Rosario en el último minuto, que hubiera significado -de anotarlo- un primer triunfo en Newell´s en la historia.
Morales, por su parte, quedó en deuda y habrá que ver si sigue o si está en la lista de los que se irán.
Algunos futbolistas tendrán que demostrar el porqué de su llegada, incluso superar las versiones, como el caso de Santiago Raymonda, de su continuidad en otro club (dicen que lo quiere Rivoira en Central).
Un elemento a favor es la cantidad de jugadores de la cantera que poco a poco van demostrando que a veces hay que evitar traer de afuera, y gastar mucho dinero, y pensar más en el patrimonio de las inferiores.
Ejemplos como Cerro, Kalinski, Quiles, Narvay, González, el propio Garnier -no se inició en inferiores pero lleva la casaca quilmeña en el corazón-, lo mismo Diego Torres, permiten decir que en el momento de hacer balance no hay que dejar de lado la cantera. Muchas veces es preferible mirar adentro antes que gastarse mucho dinero en la incorporación de jugadores que solamente son aves de paso: si no les sale bien la jugada, se van al final del torneo buscando nuevos horizontes.
El Quilmes 2011, que seguramente irá contagiando a los hinchas partido tras partido, debe partir desde la impronta de Madelón, haciendo entender a los jugadores lo que significa la camiseta del Decano, y apostando hoy más que nunca a que el sueño de la permanencia ya no es una pesadilla. En todo caso, una empresa difícil pero no imposible. Para ello se necesitan todas las patas de la mesa: jugadores, dirigentes, hinchas, aquello de todos juntos porque juntos somos más.
Un último párrafo al capitán: Danilo Telmo Gerlo. Su gol en Bahía significó una histórica victoria. Sus ganas contagian y sirven para justificar su condición de capitán. El, seguramente, será el emblema de lo que vendrá en el 2011. Como dice Augusto Tamayo Vargas: hay que tener "esperanzas en los días que vienen...", y en que vamos a llegar a verlos.

Comentarios